ALHAJERO

Sarukhán, mejor informado

Lo grave no es que Arturo Sarukhán supiera lo que se venía, sino que ni el embajador de México, ni en la cancillería mexicana, estuvieran enterados

OPINIÓN

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Martha Anaya / Alhajero / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Vaya balconeada que les puso ayer Andrés Manuel López Obrador a los encargados de la relación de México con Estados Unidos (EU), comenzando por el canciller Marcelo Ebrard, el jefe de Unidad para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Roberto Velasco, y el embajador de México en Washington, Esteban Moctezuma.

Porque resulta —según lo confesó el propio Presidente de la República en la mañanera de ayer— que se enteró de la solicitud de consultas que demandaría EU sobre nuestra política energética, por un tuit del exembajador Arturo Sarukhán.

Claro, la mención de López Obrador al que fuera representante de México ante la Casa Blanca en el sexenio de Felipe Calderón, no fue precisamente de agradecimiento —más bien se escuchó como un reclamo con tintes acusatorios—, pero fue todavía más allá. Vale la pena leerlo textual:

“No sé quiénes están promoviendo esto –apuntó AMLO-. Si están participando mexicanos internacionalistas, el que fue embajador de México cuando Calderón, Sarukhán, y otros, pues con ellos me enteré. “Eso es lo que le mandé a decir también al jefe del Departamento de Estado, porque si había alguna diferencia, como dicen los diplomáticos, pues por los canales correspondientes…

“Pero él (Sarukhán) empezó a darlo a conocer en su Twitter, ‘viene casi-casi un golpazo’, y ya frotándose las manos.

“Y luego, como ya uno ya sabe, vi otro, que son del mismo grupo, y todos ya traían la información antes que nosotros, porque ellos tienen relación con el Departamento de Estado. Pero pues vamos a defender el punto”.

El 19 de julio, efectivamente, Sarukhán escribió en su cuenta del pajarito azul: “Indicios de que mañana podría haber noticias y una buena sacudida en el contexto de la relación bilateral #México-EEUU y el #TMEC”.

Pero lo grave desde el punto de vista político-diplomático, no es que Sarukhán supiera lo que se venía (y además lo advirtiera), sino que el embajador actual, Moctezuma, no tuviera ni idea de lo que se venía, la cancillería tampoco y que el Presidente de México se enterara por quienes considera sus “adversarios”.

El problema más bien se ubica en el terreno de la experiencia y el profesionalismo.

Ya entrados en gastos, tampoco se auguran buenos auspicios para el negociador obradorista del T-MEC, Jesús Seade. La pregunta que se extiende entre diplomáticos, economistas y conocedores de las negociaciones del tratado, es si el hoy embajador de México en China le explicó bien al Presidente el alcance de los dos párrafos que incorporó al acuerdo, o si lo engañó con un cuento épico.

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GEMAS: Obsequio de López Obrador: “Vino la ministra Loretta (Ortiz) y me trajo de regalo su proyecto, que lo va a convertir en un libro, porque ahí están los fundamentos para que se declarara legal la reforma eléctrica”.

POR MARTHA ANAYA
MARTHAMERCEDESA@GMAIL.COM
@MARTHAANAYA

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