OTROS ÁNGULOS

... Y se desplegaron más de 25 mil soldados

Esa bestia política norteamericana, nos embarra en el rostro un episodio humillante

OPINIÓN

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Raúl Cremoux / Otros Ángulos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En una de las páginas más negras de nuestra historia diplomática y entre las más vergonzosas padecidas desde Antonio López de Santana, Trump, esa bestia política norteamericana, nos embarra en el rostro un episodio humillante. 

Aprovechando un mitin en Ohio durante el fin de semana pasado, el expresidente más antimexicano en el último siglo, relató la visita que le hizo en junio del 2019 Marcelo Ebrard y como impuso un grosero programa llamado Quédate en México.

 Amenazó que de un día para otro impondría el 25 por ciento de aranceles a todos los productos mexicanos y, para su asombro, el representante mexicano aceptó que se enviarían miles de soldados a las dos fronteras para impedir el paso a los migrantes provenientes de Centro América. 

Trump refiere burlándose que nunca en su larga carrera de negociaciones, había visto doblarse tan fácilmente a alguien. Ese alguien se llama Marcelo Ebrard y obligadamente a su jefe el Presidente de México. En efecto, todos recordamos cómo miles de elementos de la recién uniformada y armada nueva Guardia Nacional perseguían a niños, hombres y mujeres a mitad del río Suchiate y en diversas hondonadas con Guatemala. 

Esas fechas de horrores en que vimos como a los más pobres de este continente se les sometía como animales, tuvo como inicio, la sonrisa de Ebrard diciendo en el despacho Oval: “¡Si Señor, será un honor desplegar 28 mil soldados para implantar Quédate en el maldito México!”. Aventuremos que Trump miente y que las palabras no fueron exactas, lo cierto es que en su momento, pregonó en muchos foros, que ya tenía un muro de contención contra los migrantes y este, ¡era gratis! 

Gracias al temor mexicano al impuesto a los productos mexicanos en suelo norteamericano. Queda muy atrás el hecho de que, ante la amenaza, fueron muchas las opciones que pudieron haberse tomado. Ese impuesto tenía dos filos y uno era particularmente lesivo a los intereses yanquis. Lo relevante en los hechos relatados, fue el resultado cierto, inequívoco de cómo fuerzas armadas mexicanas sirvieron a los propósitos del entonces presidente norteamericano. 

La forma pudo ser diferente, el resultado del cual se vanagloria Trump, es humillante. A ello hay que agregar una caricatura, cuando el grandulón añade en Ohio, “el Presidente mexicano socialista me cae bien, es simpático”. 

¿Y cómo no lo sería con el discurso que AMLO fue a soltar al Jardín de las Rosas en la Casa Blanca plagado de elogios a un hombre que se cansó de insultarnos durante cuatro años? Una pesadilla vuelta a revivir sin que tenga respuesta del gobierno. No se atreverían. No la tienen.

POR RAÚL CREMOUX

ESCRITOR Y PERIODISTA

@RAULCREMOUX

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