Si algo ha caracterizado a AMLO desde que era Jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal ha sido su personalidad y estilo alejados de las formas que muchos considerarían política y mediáticamente correctas. AMLO no es un político tradicional como esos que han arruinado al país. Eso le ha valido la simpatía de las masas, porque no lo perciben como el clásico gobernante embaucador que busca cuidar su imagen pública mientras en lo oscurito comete cualquier cantidad de corruptelas, pero también ha dado pie a críticas y ataques de sus adversarios y detractores.
La confrontación que ha sostenido con diversos periodistas es un ejemplo de ello, se le ha venido criticando por refutar información falsa y por evidenciar los intereses a los que sirven algunos comunicadores, acusándolo incluso de fomentar las agresiones contra periodistas, pero quienes lo hacen, curiosamente nada dicen sobre el uso del periodismo para hacer activismo político en contra de su gobierno. Lo cierto es que nunca antes los periodistas habían tenido la libertad de publicar libremente sin temor a la censura del gobierno federal. Quienes utilizan el periodismo para golpear al gobierno tienen libertad de seguir publicando lo que quieran; hoy, los periodistas pueden hacer manifestaciones y protestas públicas como las que realizaron en la Cámara de Diputados, el Senado y la mañanera de AMLO en Tijuana sin miedo a ser acallados por el gobierno federal, como sucedía en el pasado.
Sin embargo, los opositores a la 4T y sus corifeos, como parte de su estrategia de golpeteo al gobierno, han buscado propagar una y otra vez la idea de que AMLO atenta contra el periodismo y la libertad de expresión y, por lo visto, han tenido cierto éxito. Hace unos días el Parlamento Europeo, con una absoluta falta de conocimiento de la situación en México, emitió un desinformado pronunciamiento sobre la situación de los periodistas y el estado de derecho en nuestro país.
La respuesta del gobierno mexicano causó polémica por su tono, fiel al estilo políticamente incorrecto de AMLO, pero lamentablemente eso ha desviado la atención del fondo del asunto.
Rechazo y lamento las expresiones del Parlamento Europeo, porque son parciales, desinformadas y muestran desconocimiento de lo que pasa en México, pues si bien es cierto que los asesinatos de periodistas siguen siendo una realidad lacerante, también lo es que no hay ya una represión ni censura por parte del gobierno federal. Y es que dar respuesta a noticias falsas y ataques políticos disfrazados de periodismo no es atentar contra la libertad de expresión; aprendamos la diferencia entre censurar y responder.
Pero además, habría que decirles a los eurodiputados que desde el año 2000 a la fecha han sido asesinados 151 periodistas en México, sólo que 120 de ellos fueron entre 2000 y 2018. ¿Por qué hasta ahora les preocupa este asunto? Van atrasados muchos años.
Dicen, además, que las reformas constitucionales a los sistemas electoral y judicial iniciadas por este gobierno plantean dudas sobre la estabilidad del estado de derecho; claramente ignoran que no ha habido reforma electoral, que AMLO ni siquiera ha presentado iniciativa para ello, y que la reforma judicial se construyó a partir de proyectos presentados por el propio Poder Judicial. Los eurodiputados hablaron sin conocimiento.
Puede que la respuesta de AMLO al Parlamento Europeo no agrade a los puristas de la diplomacia, pero en el fondo es una defensa de nuestra dignidad y soberanía. Creo en las palabras de Juárez, “el respeto al derecho ajeno es la paz”. Que sepa el Parlamento Europeo que México es una nación independiente, no una colonia a la que pueden regañar a su antojo y menos con tanta ignorancia y desinformación.
POR BENJAMÍN ROBLES MONTOYA
DIPUTADO FEDERAL DEL PT
@BENJAMINROBLESM
MAAZ