La liga se sigue estirando; sigue tensándose.
Parece que llegamos a un punto de no retorno, o de difícil vuelta atrás en el conflicto entre Rusia y Ucrania, tras el reconocimiento ruso de la independencia y soberanía de Luhansk y Donetsk, ambas provincias situadas dentro de territorio ucraniano.
Dos de los aparatos de gobierno y propaganda más poderosos del mundo —por no hablar de su fuerza militar—, Rusia y Estados Unidos, a punto del choque.
Rusia acusa a Ucrania de ser una colonia de EU. La Unión Americana y la OTAN arropan a los ucranianos, cuya posición es estratégica. ¿Es la defensa de Ucrania o la de occidente la que está en juego?
Vladimir Putin dice que Ucrania desarrolla armas nucleares y que eso es tanto como la preparación de ataques.
El Presidente ruso responsabiliza a EU y la OTAN de convertir a Ucrania en escenario de guerra, y ya tiene el visto bueno del Senado de su país para enviar tropas al extranjero. No parece que las cosas vayan a calmarse. La Casa Blanca ha anunciado sanciones económicas a las provincias ahora reconocidas por Rusia como “independientes”. A Putin, un Presidente fuerte, le tiene sin cuidado.
Biden asegura que Rusia ha comenzado una intervención en Ucrania, pero señala que no irán a la guerra sus tropas, aunque redobla su apuesta con sanciones económicas. Pero Rusia está en otra cosa.
Los ucranianos, nos lo decía ayer en la radio, en MVS Noticias, su embajadora en México, Oksana Dramarétska, espera que EU y la OTAN les ayuden. “Si nos atacan, responderemos”, aunque “no comenzaremos ningún enfrentamiento”, me dijo.
Los incentivos de un lado y otro, no son los mismos. Después de las acciones de las últimas horas —en ambos frentes—, que trascienden el territorio de la narrativa, parece que una escalada en el conflicto es inminente. ¿Qué hará México? Es noble apostar por la vía diplomática. Deseable y plausible. Pero, al ritmo en que crece la tensión, y se acumulan los agravios en aquella región del planeta, se antoja cada vez más complicado. Hasta ahora, la cancillería ha hecho bien las cosas: movió a decenas de familias mexicanas que viven en Ucrania a una zona lejos del conflicto, Marcelo Ebrard ha tenido diálogo con quienes viven en Ucrania y la posición de nuestro país ha sido consistente respaldando el llamamiento que ha hecho el secretario general de la ONU en favor de un proceso pacífico que permita resolver este conflicto, apostando por la diplomacia y exigiendo respeto a la integridad de Ucrania.
México, no porque vaya a inclinar la balanza, pero sí por ocupar un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU, estará bajo presión.
¿Condenaremos, conforme avancen las acciones, lo hecho por Rusia?, ¿respaldaremos la dura respuesta de EU y la Unión Europea? ¿Nos sumamos —aunque sea simbólicamente— a las sanciones económicas? Veremos.
POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
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