La sociedad atestigua una peligrosa espiral de polarización. Hoy son 1,202 días sin que haya quedado resuelto el desabasto de medicamentos oncológicos; más de 30 mil niñas y niños han muerto por no contar con sus tratamientos (Asociación de Padres de Familia con Niños Enfermos A.C).
En mes y medio de este 2022, han asesinado a cinco periodistas. México se encuentra en recesión económica técnica y el crecimiento no llega.
Millones de menores abandonaron la escuela tras la pandemia y el cierre de planteles educativos.
El INE es una de las autoridades electorales más caras del mundo, y tiene atribuciones dadas por los partidos –bajo cuyo control está- que le colocan una camisa de fuerza-.
La violencia tiene muchos rostros, lo mismo en Zacatecas que en Colima, Guanajuato, Michoacán o Guerrero. Buena parte del territorio nacional arde.
Cae la inversión extranjera directa, pero el gobierno de México se entretiene polemizando con el de España.
Millones de mexicanos engrosaron las filas de la pobreza, por la pandemia. Más de un millón de empresas quebraron, derivado del confinamiento y la crisis económica.
Se desploma la industria automotriz. El agro sufre; los aguacates mexicanos no pueden ser exportados a EU.
La UDLAP sigue en crisis, como desde hace 8 meses; miles de estudiantes no pueden asistir a su Universidad a tomar clases presenciales.
Integrantes de la CNTE intentan una y otra vez bloquear las vías férreas en Michoacán. El asalto de casetas de peaje en las autopistas del país se ha normalizado.
Problemas en los que gobierno y oposición podrían estar ocupados, hay por montones. La lista es larga. Sin embargo, unos y otros han decidido que nada es más urgente que ponerse los guantes y subirse al ring para pelear por los señalamientos contra José Ramón López Beltrán, hijo del presidente López Obrador, al que se acusa por posible conflicto de interés. El presidente y sus adversarios, están entrampados en ese pleito, mientras la sociedad atestigua una espiral de polarización.
La oposición partidista, está hecha añicos. Morena, el partido del presidente, sufre una guerra intestina. La vía institucional sufre.
En San Lázaro, el show del parlamento abierto para discutir la reforma eléctrica, ha derivado en ríos de saliva que difícilmente se encausarán hacia algún sitio. Apesta a simulación.
En el Senado, ayer, la oposición montó un circo que incluyó una réplica de la casa de Houston, de cartón.
El país y sus ciudadanos, mientras tanto, observamos la función. No es un espectáculo que disfrutemos. Es lo que hay. Es lo que tenemos. En eso está la clase política. Ni a unos ni a otros parece importar demasiado el fondo. Están entretenidos en la forma, tensando las cosas, estirando la liga cada vez más… hasta que reviente.
POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
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MAAZ