De Alejandro Moreno, poco puede sorprender. El presidente del PRI, que operó —para congraciarse con el gobierno del presidente López Obrador— que las Fuerzas Armadas permanezcan en tareas de seguridad pública hasta 2028, es capaz de arrendar los votos de sus diputados en el Congreso, si así se requiere, para cualquier fin. No importa lo que diga, Alito está siempre dispuesto a dar un bandazo. El chiste es llegarle al precio, o arrinconarlo hasta cerrarle las salidas. Lo suyo no es la congruencia, el comercio de votos en el legislativo, sí.
Su palabra no tiene valor. ¿Por qué creerle, si antes ya ha mentido sistemáticamente? ¿Por qué confiar en sus dichos, si miente una y otra vez? ¿Por qué dar por bueno que él y su partido no aprobarán la Reforma Electoral que el Presidente quiere, si está visto que ya trabaja para cumplir los deseos de Palacio Nacional?
Hace unos días platiqué con el coordinador del PRI en San Lázaro, Rubén Moreira. Él dice una cosa. ¿La cumplirá su partido?
“Nosotros hemos advertido que no meteríamos mano al INE, pero también hay que decirlo: ahora mismo, la definición de los futuros consejeros del instituto está en manos de Morena. Ellos podrían poner a los cuatro consejeros que se van a renovar, porque tienen la mayoría suficiente para hacerlo. Por otro lado, la propuesta del Presidente es muy respetable, pero está fuera de los alcances”, dijo.
“Nosotros, como partido, no estamos proponiendo ninguna Reforma Electoral, aunque sí hay decenas de iniciativas de legisladores en particular. Vamos a proteger al INE y al Tribunal Electoral, (pero) creo que podemos analizar su estructura económica. Nos preocupa que se han duplicado dependencias y funciones. Se podría acortar el presupuesto”, aseguró.
¿El PRI abre la puerta a acompañar parcialmente la Reforma Electoral? ¿Con el pretexto de recortar presupuesto, se abre la posibilidad a un ajuste constitucional?
En la más reciente modificación a la Constitución, la que permitió a las Fuerzas Armadas mantenerse en tareas de seguridad pública hasta 2028, el PRI se había comprometido a no tocar la Carta Magna y lo hizo, ¿por qué ahora sería distinto?
Antes, cuando la discusión sobre la Reforma Eléctrica, no fue Alito, pero sí el coordinador de los diputados priistas quien dialogó y habría negociado votos de legisladores del PRI, para que la propuesta de Reforma Eléctrica enviada por el presidente López Obrador se aprobara en la Cámara de Diputados. Al final, las presiones pudieron más y ese acuerdo se cayó, pero hubo diálogo.
Alejandro Moreno vive acorralado, y parece decidido a lo que sea con tal de evitar el desafuero y salvarse de la cárcel. ¿Pondrá los votos de sus diputados otra vez? Se aceptan apuestas.
POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
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