La actitud del Presidente de la República parece dar por sentado –o quiere indicar, acaso– que ya no hay problema alguno con los gobernadores electos el 6 de junio pasado. Ni con los 11 de Morena –incluido el de Michoacán, que se encuentra bajo polémica, al igual que el de Sinaloa–; ni con los dos del PAN; y por lo visto, tampoco con dos que pudieran ver sus casos definidos en el Tribunal Electoral: el del Verde y el de Movimiento Ciudadano.
Tan bueno luce el trato que, por lo pronto, Andrés Manuel López Obrador se sentará hoy a comer puchero, frijol con puerco, tamalitos de chipilín, torrejas y tostones, con los mandatarios electos de su partido. Pero también mencionó que le han solicitado audiencia los gobernadores electos de Nuevo León (Samuel García), el de Querétaro (Mauricio Kuri); dijo que no estaba muy seguro de que ya lo hubiera pedido la de Chihuahua (Maru Campos).
Lo más llamativo, sin embargo, fue la “invitación” que hizo al del PVEM –al que antes calificaba de “mafiosillo”– para que lo buscara. “Nada más me falta el de San Luis (Ricardo Gallardo) y Chihuahua, y estoy en condiciones de platicar con ellos, vamos a reunirnos…”, convidó quitado de la pena.
El Instituto Nacional Electoral, como sabemos, tiene hasta el 22 de julio para resolver las quejas relacionadas con actos o presuntas violaciones en materia de fiscalización de las campañas. Todavía podría haber sanciones en el camino, pérdidas de registro e incluso anulación de alguna elección.
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La pregunta que provoca la invitación del Presidente a todos los gobernadores electos es si, de alguna manera, está enviando un mensaje para que ya nada se mueva en ese terreno. La inquietud no es para menos. Gallardo, el del PVEM en SLP, tiene acusaciones de la Unidad de Inteligencia Financiera relacionadas con lavado de dinero; y cuenta con una acusación del PAN por la entrega de tarjetas “La Cumplidora”.
García, el emecista regio, está en la mira de morenos y priistas y buscan “bajarlo” de la gubernatura de NL por el rebase de gastos de campaña –sus propias declaraciones confesas lo enredaron–; y hay quienes hasta piden que a MC se le retire el registro. El PRD ya impugnó los resultados por la participación de su esposa.
En Michoacán, el gobernador actual, Silvano Aureoles, denunció la intromisión del crimen organizado en la elección. La coalición PAN-PRI-PRD anunció que pedirá la anulación de las elecciones en el estado. Y otro tanto ocurre en Sinaloa, Guerrero, Campeche, San Luis Potosí y Colima. Pero el Presidente se reunirá ya con ellos…
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GEMAS: Obsequio de Leonel Godoy, exgobernador de Michoacán: “Hoy Silvano Aureoles, con Ciro (Gómez Leyva), demostró que está enfermo (…) Su preocupación porque le revisen sus cuentas lo hace actuar así. Pobrecito, necesita atención médica.
POR MARTHA ANAYA
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MAAZ