COLUMNA INVITADA

Regreso a la escuela: esperanza, fatiga y emociones

Debemos dejar atrás el adultocentrismo educativo y centrar la mirada en los estudiantes

OPINIÓN

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Carlos González Seemann / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Ante la enorme falta de información, la constante incertidumbre, las preocupaciones familiares y el cambio de paradigma que trajo la pandemia, los sistemas educativos se han puesto a prueba como nunca, dejando al descubierto problemas públicos añejos y otros que apenas comienzan a tener atención en la agenda educativa, tal es el caso de la salud mental y socioemocional de las y los estudiantes.

Con el objetivo de explorar los primeros efectos de la pandemia y el cierre de las escuelas en la población con mayores carencias, de la mano del Centro de Estudios Educativos y Sociales (CEES) y el Proyecto de Medición Independiente del Aprendizaje (MIA), aplicamos más de dos mil encuestas en hogares del sur de México con estudiantes de entre 10 y 15 años de edad. El estudio Equidad y Regreso es un ejercicio único que explora por primera ocasión el bienestar de los estudiantes, cómo se han sentido, cuál ha sido su experiencia durante la pandemia con las clases a distancia, incluyendo aspectos como motivación y convivencia.

Los primeros resultados son impactantes, en 9 de cada 10 hogares les preocupa que suceda algo malo en su familia. La experiencia de muertes cercanas de familiares, amigos o conocidos genera estrés, preocupación y angustia, por eso no extraña que haya resultados tan fuertes en el ámbito socioemocional de niñas y niños. La esperanza reside en que 77 de cada 100 estudiantes quieren regresar a la escuela y 75 de cada 100 tienen muchas ganas de aprender algo nuevo.

A pesar de las dificultades, se deben reconocer los enormes esfuerzos de familias y docentes que han ayudado a mantener el ánimo de los estudiantes por volver a sus escuelas, convivir, jugar, socializar y aprender. Para un regreso seguro, la mayoría de los gobiernos han ampliado su presupuesto y planeado múltiples estrategias encaminadas a la población con mayores carencias, sin embargo, en México los esfuerzos de Aprende en Casa no han dado los resultados esperados, ampliando aún más la brecha de desigualdad, digital y de derechos.

Por otra parte, en 1 de cada 4 hogares reportaron problemas o dificultad para concentrarse. Lo anterior puede ser parte de la fatiga acumulada, junto con las situaciones de estrés, ansiedad y angustia infantil. El regreso a las escuelas de forma escalonada, voluntaria y con el cumplimiento de los protocolos de seguridad permitirá que los estudiantes retomen las relaciones, los lazos y permitirá reconstruir la escuela que queremos.

El manejo de las emociones al regreso será un aspecto clave, por eso la importancia de adoptar una ruta socioemocional acompañada de formación docente y un mayor presupuesto orientado a acciones que permitan atender transversalmente los derechos. Debemos dejar atrás el adultocentrismo educativo y centrar la mirada en los estudiantes, poner al centro su bienestar, participación, autonomía, adaptación y resiliencia. Por más y mejor atención en las personas, sus sentimientos y sus relaciones, dentro y fuera de la escuela.

POR: CARLOS GONZÁLEZ SEEMANN
INVESTIGADOR EN MEXICANOS PRIMERO
@carlosglez21