REVOLUCIÓN 5.0

Agua: alianzas y responsabilidades

Hace apenas una década, el derecho al agua fue reconocido explícitamente por la ONU en su Resolución 64/292, de julio del 2010

OPINIÓN

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Disruptive Labs/ Revolución 5.0/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Hace apenas una década, el derecho al agua fue reconocido explícitamente por la ONU en su Resolución 64/292, de julio del 2010. Evento favorable para que todos los niveles de gobierno puedan resolver todas las problemáticas que existen a su alrededor.

El saneamiento y distribución equitativa deben resolverse a la brevedad y eso requiere de alianzas y responsabilidades entre los diferentes actores de la sociedad: instancias de gobierno, iniciativa privada, ONG e instituciones educativas. Días atrás, en la CDMX, se anunció la escasez para el resto del año, situación que pone en alerta a toda la ciudad. Pero, ¿qué hemos realizado cada uno de nosotros para cuidar del vital líquido? ¿Qué acciones se pueden emprender desde casa, en los negocios, las organizaciones privadas, las instancias públicas para que no nos falte?

No es un trabajo aislado, se deben establecer alianzas estratégicas entre todos los sectores. La situación de confinamiento ante la crisis sanitaria, la necesidad de limpieza constante nos ha llevado a utilizar más el recurso.

Aunque se había reportado al inicio de la pandemia el incremento de uso del agua hasta en un 50%, el reporte de Kantar Worldpanel Usage expone que en promedio durante el 2020 se elevó en 11%. Esto sumado a la eutrofización permanente en diferentes ríos, lagos y lagunas a lo largo del país, ya sea por empresas o por los ciudadanos, nos pone en una condición de emergencia.

La acciones no deben recaer en un solo actor. En abril del año pasado, un grupo de alianza entre universidades y organizaciones de la sociedad presentaron la iniciativa ciudadana de la Ley General de Aguas, para garantizar la distribución y saneamiento del vital líquido.

Juntos podemos construir una nueva cultura del agua que permita alcanzar la seguridad hídrica, debemos cambiar las formas irracionales de uso y consumo desmedido. En este sentido, el planteamiento de un modelo de gobernanza y sustentabilidad es el medio para garantizar la permanencia en las acciones de la cultura de prevención.

La democratización es destacable, supuesto que es la misma sociedad quien debe tener participación activa y comprometida. Debemos generar redes para buscar respuestas conjuntas, impulsando y motivando el trabajo vinculado, la suma de esfuerzos y colaboración intersectorial.

Otra tarea es impulsar el intercambio de experiencias con entidades vinculadas al sector a fin de aprender de casos exitosos que se han implementado en otras partes del país.

La tecnología es un valor agregado significativo, disponer de contenido digital que refuerce estas acciones permite que estemos mejor informados y logremos impactar de manera exponencial, generando un nuevo estilo de vida y una responsabilidad compartida de la sociedad mexicana que reduzca la fuerza negativa del estrés hídrico.

POR DISRUPTIVE LABS

maaz