COLUMNA INVITADA

Desde el sur: Educación o adoctrinamiento

Nada impide, por ejemplo, que el libro de Historia de México, sea escrito por un normalista radical de la CNTE

OPINIÓN

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Georgina Trujillo/ Colaboradora/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El gobierno decidió que para el próximo ciclo escolar, los libros de texto gratuitos serán rediseñados, y para eso echó mano de una convocatoria general abierta a cualquier persona que desee participar, incluso sin experiencia en elaborar libros educativos.

Para el rediseño de los libros de texto gratuitos no hay un plan rector o un programa de estudio, sin embargo, ya se recibieron 1092 materiales, elaborados en sólo 5 días: contenidos de Historia, Geografía, Ciencias Naturales, Español, entre otros.

De ellos se seleccionarán por parte de la autoridad educativa, en sólo 56 días (el último proceso de revisión llevó tres años), 16 libros que serán parte de la educación básica de más de 14 millones de alumnos. Y todo esto, sin remuneración económica para los autores, aparte del "orgullo" de ver su respectivo crédito en el libro de su autoría.

Hasta ahora no se conocen los criterios de selección para los materiales que eventualmente se publicarán. Tampoco se ha garantizado que estos libros se elaborarán con un lenguaje objetivo y fuera de inclinaciones ideológicas.

Para Marx Arriaga, Director General de Materiales Educativos, se trata más bien de “eliminar discursos autoritarios” en la educación, y para ello se tiene que eliminar a una élite de especialistas del proceso de producción de materiales didácticos: se trata de política, no de pedagogía.

Según él, no hay que ser un doctor certificado para elaborar un libro que contenga una aportación educativa valiosa. Resulta difícil concebir que nuestras autoridades de la SEP crean que es suficiente capacitar en tan sólo unos días a personal sin experiencia previa, en lecciones exprés sobre “cómo elaborar un material didáctico”, “aprendizajes esperados”, “contenidos transversales" o “recursos didácticos”; y esperar que ese contenido tenga la calidad necesaria.

Reducir la educación a eso es un simplismo, tan característico de los populismos latinoamericanos que le han hecho tanto daño a la sociedad.

Además, al no pagar el diseño de los libros, hacen insostenible la actividad para las empresas particulares, por tanto el gobierno en turno tomará absoluto control en el proceso, con personas afines a su ideología.

Nada impide, por ejemplo, que el libro de Historia de México, sea escrito por un normalista radical de la CNTE, que no tenga empacho en citar al Che Guevara o Carlos Marx en sus textos.

Cabe preguntarse, ¿por qué en este preciso momento?, que millones de alumnos padecen uno de los rezagos históricos más grandes en las últimas décadas, a causa de la pandemia, al gobierno le da por “rediseñar” los materiales didácticos, sin un plan previo de estudio, en un proceso hasta ahora desorganizado, apresurado y mal enfocado.

Sí, tenemos que hacer de la formación educativa un proceso más incluyente, donde todas las voces se escuchen, pero esto se tiene que hacer sin dejar de tomar en cuenta un esquema de transparencia, de objetividad, pero sobre todo, sin poner en riesgo a 14 millones de alumnos que representan el futuro de nuestro país.

POR GINA TRUJILLO
COLABORADORA
@GINATRUJILLOZ

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