No hay energía más cara que la que no se tiene. Las circunstancias actuales por la pandemia en sectores como el de la salud o incluso el laboral nos urgen a contar con un servicio de energía eléctrica constante y de calidad.
La seguridad energética de un país parte de aprovechar los recursos que se tienen, así como diversificar su infraestructura utilizando las diferentes tecnologías disponibles, México por sus características, debería favorecer a eólicas y solares, así como al gas natural que está demostrado contamos con enormes yacimientos no convencionales aún no explotados.
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En EU, en el caso de Texas, basó su sistema en combustibles fósiles y ha ido integrando cada vez más eólicas. A partir de 2000 impulsó grandes inversiones en la técnica de fracking, logrando pasar de ser uno de los mayores consumidores e importadores de hidrocarburos a un exportador neto. En 2019, de la producción nacional: Texas generó 23.9% nacional y casi 70% se extrae a través del fracking.
En el caso de México, podríamos estar en niveles similares o incluso mayores que Texas, pues en el mismo yacimiento se encuentran ubicados estados como Tamaulipas, Coahuila, Nuevo León y Veracruz, sin embargo, a la fecha no se han realizado las inversiones que nos permitan acceder a ese gas, para 2018 se iba a realizar las primeras rondas, pero el gobierno federal las canceló y se tiene un “veto” a esta actividad, aunque Pemex mantiene en sus presupuestos de los últimos años inversiones en éste rubro. Paradójicamente, los estados mencionados fueron afectados por los apagones recientes ante la falta de gas natural. El gobernador de Coahuila señaló que ya existía un contrato de Pemex con un privado para explorar y producir en el campo Olmos, que generaría 117 millones de pies cúbicos diarios (1.3% de demanda nacional).
Por otra parte, el almacenamiento del gas es un factor relevante. Vemos a España, con 35 días de inventario; Italia, con 30; en EU, varia por estado, pero hay algunos como Texas con tanta capacidad, que se han visto en la necesidad de ofrecer precios negativos para reducir excedentes (pagar para que se lo lleven); en México, la capacidad de almacenamiento es incipiente, por lo que se establecieron metas hace algunos años, siendo la primera de 5 días de inventario para 2026, sin embargo, está en riesgo, pues se han suspendido proyectos de almacenamiento por parte del Cenagas y los privados no han impulsado inversiones, dadas las condiciones de incertidumbre en el sector.
POR JORGE LAVALLE
SOCIO DE ACCURACY LEGAL AND CONSULTING
@JLAVALLEMAURY JLM@ACCURACY.COM.MX
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