Hemos llegado a una de las épocas más bonita del año la cual nos mueve a la reflexión, tanto en lo personal como en lo comunitario. Es en la Navidad cuando afloran, con mayor énfasis, la solidaridad, la empatía y la unión familiar. Hay que reconocer que estos han sido tiempos sumamente complejos para la gran mayoría de los hogares mexicanos, pues esta es la segunda Navidad que pasamos en confinamiento, con pena y dolor en muchos casos, por la pérdida del empleo, el cierre de un negocio o el haber dicho adiós a un ser querido.
Y aunque el panorama ha sido gris, no debemos perder la fe de que todo lo malo pronto pasará. Quienes tenemos la enorme responsabilidad de ser representantes populares nos toca trabajar por transformar los anhelos de la gente en realidad.
Se que en muchos hogares la salud encabeza el principal deseo navideño. Nos toca a nosotros pugnar por presupuestos que les garanticen a las familias el acceso a los servicios de salud con tratamientos completos y puntuales.
En muchos otros esperan una pronta mejoría de la economía, pues con esto no faltará el sustento. Los gobiernos Federal, estatales y municipales tienen que conjuntar esfuerzos por atraer inversiones que se traduzcan en más y mejores empleos formales.
Otros pedirán paz y tranquilidad. Como diputada y como mujer quisiera que ninguna niña vuelva a sentir temor o sea agredida; que ninguna jovencita desaparezca, que el feminicidio se desterrara, que ninguna madre o padre tuviera que cavar en la tierra buscando a su hijo.
En lo personal, agregaría a esa lista de buenos deseos colectivos, oportunidades para todas y todos para que, sin importar género, edad o lugar de nacimiento, todos tengamos las herramientas y el impulso necesario para alcanzar nuestros objetivos. Que esta sea una tierra fértil para el emprendedor, para el luchador incansable, para el dedicado, para todo aquel que sueñe en positivo.
México, Veracruz y cada uno de los estados necesita de cada uno de nosotros para recuperarse, para volver a ponerse de pie; cada granito de arena cuenta en un mar de necesidades. Si está en sus manos, sea siempre solidario, puede hacerlo desde comprar en los comercios locales para ayudar a la economía regional, hasta compartiendo con quien menos tiene, con quien pasa por un momento complicado. Y le pido también que no perdamos la fe de que vendrán tiempos mejores, de que es posible tener el estado y el país que queremos, pero sobre todo, no dejemos de trabajar en hacerlo realidad.
De todo corazón, le deseo a usted y a su familia una muy feliz Navidad 2021 en la que prevalezca la unión familiar, la salud y el deseo de un mejor lugar para todos. ¡Felices fiestas y, por favor, no deje de cuidarse!
POR ANILÚ INGRAM VALLINES
DIPUTADA FEDERAL
@ANILUINGRAM
PAL