Sería porque se dio la reunión número 22 entre los padres de los niños que padecen cáncer y las autoridades y el resultado fue el mismo, puras promesas y dotación de medicamentos a cuenta gotas, o también quizás porque la crisis en cuanto al desabasto de medicamentos se agudiza cada día más además de que en el Presupuesto aprobado en la Cámara de Diputados, en el rubro salud solo se incrementa el gasto para la compra de vacunas contra el Covid-19, quitándole cualquier posibilidad a la compra de medicamentos para enfermedades catastróficas.
En el Presupuesto para el 2022 enviado a San Lázaro, se propone 824 mil 181 millones de pesos para el sector Salud, lo que significa un incremento de 0.37% del PIB respecto a 2021.
Así, es indudable que en México, estamos muy lejos de contar con un sistema de salud como el de Dinamarca y a lo mejor consciente de ello, el presidente Andrés Manuel López Obrador aprovechó su gira por Colima para reprender públicamente al secretario de Salud, Jorge Alcocer, quien se sigue resistiendo a vacunar a sus nietos contra el Covid-19 y no repara en datos duros como por ejemplo que en Estados Unidos ya hay casi un millón de niños inoculados contra el Covid y la vacunación pediátrica se incrementa. Igualmente recibió el correspondiente regaño, Juan Ferrer, director del INSABI, quien no tiene la formación que requiere el puesto.
De manera muy inesperada el presidente dijo tajante que no quería escuchar más excusas respecto al desabasto de medicamentos, que desafortunadamente ha sido uno de los distintivos de su gestión pues la actual administración no ha sabido establecer un sistema de compra de medicamentos exento de cualquier caris político y sobre todo, funcional.
Por eso resulta sorpresivo que el presidente hubiera sacado a colación en reunión con su gabinete, un tema que a tres años de iniciada su administración, le resulta bastante incómodo y en el que primero, la actitud había sido evadir o que incluso, que se trataba de una estrategia de parte de sus adversarios para ponerlo en evidencia.
A finales del pasado mes de junio, el presidente López Obrador declaró que su gobierno trabaja “y no descansará hasta tener todos los medicamentos oncológicos que las niñas y niños con cáncer necesitan”, pero tampoco informó sobre cómo lo haría así que resultó ser una promesa hueca más.
Desde ahora se puede adelantar que la respuesta de los funcionarios que fueron objeto del regaño presidencial no será la más eficiente que digamos, muchos han sido los errores que ha cometido el titular de la Secretaría de Salud y su subsecretario Hugo López Gatell, en el manejo de la pandemia y se nota que las enfermedades catastróficas no forman parte del interés de Palacio Nacional.
POR ADRIANA MORENO CORDERO
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