MALOS MODOS

La era del tecnicismo cantinflesco

Una nueva tendencia impuesta por la 4T, que a falta de otras soluciones ha encontrado una de aplicación universal

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La explicación sonó a algo así como:

“Hubo una baja programática del servicio seudodiferido por una sobrecarga inducida que eximió del servicio estándar a un estimado de 10 millones de usuarios, con una cronología de restablecimiento del suministro de 2.2 horas, a una periodicidad aritmética de 70,000 megahertz voltaicos”.

Y es que, en buen cristiano, a la CFE (Comisión Federal de Electricidad) se le fue la luz, pero no de cualquier manera. No.

Se le fue la luz a lo norcoreano. Se le fue la luz, pues, a 22.7 por ciento del país, y se le fue sin terremotos o tsunamis. Salvo, claro, que uno cometa la descortesía de llamar así al licenciado Bartlett, que parece decidido a recordarnos que tener un pasado, digamos, turbulentón, no te libra de ser perfectamente incapaz de hacer tu chamba.

Pero no importa. Es cosa de echar mano de explicaciones como la de arriba, una nueva tendencia impuesta por la 4T, que a falta de otras soluciones ha encontrado una de aplicación universal: el tecnicismo cantinflesco, que es lo que pasa a relevar, en esta nueva era, a los técnicos.

Y vaya que tendrán oportunidades de usarlo.

Nos enteramos en estos días de que el hijo del licenciado Bartlett —el de las, digamos, irregularidades con los ventiladores para COVID-19— ya puede hacer bisnes con el gobierno: la SFP —¡sorpresa!— le levantó el castigo.

Esperemos a la justificación, que será algo así como: “La investigación, aperturada en tiempo y forma, no arrojó indicios coadyuvantes que permitan sostener concluyentemente la participación dolosa y/o de mala fe en el pre indiciado”.

Y —perdonarán la expresión— chingue su madre: a aprovechar que a la 4T lo que sí se la da son las adjudicaciones. Las directas.

“Es que los Bartlett no abonan a la causa”, dirán algunos. Pero no son sólo los Bartlett.

Habrán visto una foto en la que nuestro Presidente presume un camino rural, hecho por el pueblo bueno con sus manos de gente trabajadora, sin ayuda de ingenieros. Bueno, hay una foto más reciente con el camino reventado. ¿Explicación? Déjenme adivinar: “Un desafortunado desamacizamiento de la mezcla estructural, combinado con una reverberación telúrica de Pachamama”.

¿Preocupados? No los culpo.

Y es que, como saben, estamos en la alborada de la “vacunación universal” contra el COVID-19, que hasta ahora nos deja una evidencia: las vacunas llegadas son poquitinas, pero los problemas logísticos no tanto.

Ya un contingente del sector Salud esperó un ratote en la cola para enterarse de que ups: no se iba a armar.

Pero no hay bronca, porque a cargo de vacunar a 90 millones de personas está el doctor López-Gatell, que, decíamos antes, no es que digamos el Messi de la epidemiología, pero que, sin duda, es el Shakespeare del tecnicismo cantinflesco.

Se ve venir: “No hay evidencia científica de que la presencia de vacunas contribuya a una mejor vacunación”.

POR JULIO PATÁN
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