Columna Invitada

La desobediencia civil de FRENAA

La desobediencia civil corresponde a la negación de ciertos contenidos de la legalidad y que se presenta en sociedades democráticas por parte de ciudadanos

La desobediencia civil de FRENAA
Marco Antonio Ortiz Salas / Colaborador / Opinión El Heraldo de México Foto: Foto: Especial

La convocatoria del Frente Nacional Anti López Obrador de convocar a un paro nacional en el que se suspendan los pagos de impuestos, es digna de analizarse en su justa dimensión: en primer instancia hay que colocar el alcance de la convocatoria y el eco que puede producir más allá de los simpatizantes de Gilberto Lozano; por otro lado se hace necesario revisar el contexto histórico y la proximidad de las elecciones de 2021.

FRENAA no puede medirse en función de la legitimidad de sus demandas o de su derecho a manifestar el rechazo a las políticas de López Obrador, todo mundo en una democracia, tiene derecho a la libre asociación, sin embargo, lo cierto es que los interéses de ese movimiento, no son en sí la renuncia del mandatario o la construcción de una oposición que aglutine a distintas fuerzas para, dentro del marco constitucional, reorientar el rumbo del país. Nada hay de eso, el verdadero interés del Señor Lozano, cuyo protagonismo recae en lo ridículo, se basa en mantener la serie de privilegios que, en la larga trama de corrupción de los sexenios anteriores, generaban cuantiosas ganancias a personajes de esta naturaleza.

Haciendo una especie de llamado a la “desobediencia civil” e incluso tratando de emular de manera absurda al propio López Obrador, Gilberto Lozano encabeza un movimiento, ahora con una convocatoria en la que se pueden encontrar “curiosas” coincidencias.

En 1846 Henry David Thoreau, padre de la desobediencia civil, fue condenado a prisión al negarse a pagar impuestos al Gobierno de los Estados Unidos en oposición a la esclavitud y a la guerra contra nuestro país. La desobediencia civil corresponde a la negación de ciertos contenidos de la legalidad y que se presenta en sociedades democráticas por parte de ciudadanos o de grupos de ciudadanos. Sin embargo, si se analiza el Diccionario Crítico de Ciencias Sociales, la Desobediencia Civil debe de cumplir con una serie de características que claramente el Señor Lozano desconoce (dista mucho de parecerse a Thoreau) y de las que se pueden destacar tres:

1. Los ciudadanos que practican la desobediencia civil son capaces de imaginar un orden social mejor.

2. El comportamiento de estos ciudadanos no está movido por el egoísmo.

3. La desobediencia civil no pretende transformar el orden político, sino promover modificaciones a la legislación en los aspectos que entorpecen el desarrollo de grupos sociales marginados o lesionados.

El primer punto está sumamente alejado de las pretenciones del líder de FRENAA, de ninguna manera imagina un orden social mejor, al contrario, sus acciones buscan mantener el viejo orden al que nos ha sometido el sistema desde las tareas inconclusas de la Revolución Mexicana, el Caudillismo, el Presidencialismo y, desde hace varias décadas el régimen neoliberal.

El segundo punto no está para nada cercano al verdadero interés de FRENAA, impera el egoísmo de un personaje y de la clase político – empresarial a la que pertenece, causante de la desigualdad y de la impunidad que ha gobernado este país.

Por último, ¿en qué momento los detractores del presidente han presentado modificaciones a la legislación que promuevan el desarrollo, siquiera de los campesinos o indígenas de este país? Tan solo por mencionar dos sectores.

Lo curioso de las coincidencias radica en la estrategia por demás fallida de Lozano de hacer movilizaciones, marchas, mítines y plantones como si fuera López Obrador, pero no atiende el líder de ese movimiento que ni él, ni ningún otro actor político cuenta con el liderazgo y la popularidad que posee AMLO.

Desde el movimiento campesino hemos sido severamente críticos con la política pública del presidente y con las desatinadas actuaciones de la cuarta transformación, como movimiento hacemos nuestras las demandas de quiénes aspiran a una transformación real de nuestro sistema político, pero si bien reconocemos que hay elementos de los señores de FRENAA para manifestar su rechazo a algunas decisiones de gobierno, no compartimos un llamado absurdo a suspender el pago de impuestos. Eso no abona en nada a sacar al país del rezago en el que se encuentra, mucho menos en esta época de crisis ligada a la pandemia. Ningún llamado a la catástrofe ni a la polarización tiene sentido, ni democrático ni mucho menos humano, la única vía que tenemos para alcanzar una nueva sociedad y un país en el que se disminuya la desigualdad es la participación democrática.

FRENAA es un movimiento en decadencia en cuya convocatoria da un grito desesperado, hoy llama a no pagar impuestos quién ha vivido acostumbrado a no hacerlo. En cambio, los campesinos hoy peleamos nuevamente porque los grandes empresarios paguen sus impuestos, así como lo hace el campesino, el indígena o el pequeño productor. Construyamos una nueva sociedad desde las ideas, los principios y la necesidad de que a todos los mexicanos nos vaya bien, no desde la confrontación que quieren imponer los que siempre han gozado del poder. Esa es la tarea, seamos críticos del gobierno sí, pero acompañemos las acciones con propuestas claras y con acciones contundentes, no con la diatriba emanada del odio y la ambición por el poder.

POR MARCO ANTONIO ORTIZ 
*SECRETARIO GENERAL DE LA COALICIÓN DE ORGANIZACIONES DEMOCRÁTICAS,
URBANAS Y CAMPESINAS, CODUC A.C.

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