Un montón de plata

El diagnóstico de Luisa María

Empresarios dicen que se trata de una reforma “inoportuna”, “ambigua” y que deja afuera la evasión real

El diagnóstico de Luisa María
Carlos Mota / Un Montón de Plata / Opinión El Heraldo de México. Foto: Especial Foto: FOTO: Especial

Cuando uno ve la vehemencia con la que la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, presentó ayer su diagnóstico sobre la subcontratación en México, queda la impresión de que efectivamente vive convencida de que hay un abuso de esa figura laboral. 

Alcalde contagia su anhelo de justicia. Pero al mismo tiempo que propone prohibir la subcontratación laboral, lanza un ejemplo perturbador. 

Alcalde mostró ayer el caso de un hotel con 802 trabajadores, de los cuales únicamente dos estaban contratados, mientras 762 funcionaban dentro de un entramado de 14 empresas subcontratistas que reportaban falsos salarios mínimos. Los trabajadores eran cambiados de empresa cada tres meses. Un verdadero esquema de evasión. 

Pero si bien el ejemplo parecía convincente, es incompleto. 

Por supuesto que no está bien que 14 empresas tergiversen la contratación laboral de cientos de empleados, pero también es cierto que un hotel en la playa enfrenta alta estacionalidad por la naturaleza de su negocio, por lo que si tiene 800 trabajadores en temporada alta (algunas semanas en verano y en diciembre), probablemente sólo requiera la mitad de ellos en temporada baja (la mayor parte del año).

Pareciera que esta reforma obligaría al hotel a tener en su nómina permanentemente a los 800 trabajadores. El destino del hotel sería la quiebra. 

Ayer hablé con dos grandes empresarios del sector de la subcontratación. Su diagnóstico es que se trata de una reforma “inoportuna”, “ambigua” y que deja afuera la evasión real, que es la de los sindicatos que pagan nóminas aduciendo “esquemas de economía social”. 

Un empresario me dijo que habrá decenas o quizá ciento de miles de desempleados tan pronto se aprueba la reforma como se presentó ayer en la conferencia matutina. Además, sería grave la eliminación de la flexibilidad laboral para empresas que funcionan por temporadas o por proyectos especiales. 

Los empresarios estaban en estado de shock, y advirtieron de grandes afectaciones a los sectores de la construcción, restaurantero, textil y hotelero. 

Si el gobierno quiere ordenar la subcontratación, está en su derecho, y es deseable. Pero debería entonces hacer que la baja o alta de un empleado en el IMSS sea tan sencillo como sacar dinero del cajero automático. 

Sólo preservando la flexibilidad laboral el país permanecerá competitivo. Porque si sólo quiere atrapar a los abusivos dinamitando todo un esquema de agilidad laboral, terminará por lastimar gravemente a millones de empleados formales del país. 

POR CARLOS MOTA
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