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Prensa bajo fuego

OPINIÓN

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En México el periodismo vive bajo amenaza constante, bajo intimidación. El periodismo sobrevive frente al valemadrismo de autoridades omisas que, en no pocas ocasiones, son cómplices de agresiones y comparsas de la impunidad. En México matar periodistas es fácil. Quien lo hace tiene 99.7% de posibilidades (Artículo 19) de no ser detenido, de nunca ir a juicio, de jamás pisar la cárcel. En lo que va de este 2017, 10 periodistas han sido asesinados. El último, apenas el martes, Cándido Ríos, en Veracruz, el estado que encabeza la lista de ataques a la libertad de expresión. Ríos denunció amenazas y se supone estaba siendo “protegido”, pero igual lo mataron. En lugar de esperar las investigaciones, Roberto Campa, subsecretario de Derechos Humanos de Gobernación, salió con inusitada prisa a afirmar, sin prueba alguna, que el asesinato “no tuvo que ver con su labor periodística”. El más reciente informe Violencia contra la prensa en México de Artículo 19, es demoledor. Duele. En el primer semestre de este año, se registraron 276 ataques a periodistas. 276. Carajo. Veracruz registra el 10% de las agresiones: 28 casos. De esas 276, 67 casos fueron intimidaciones, 60 amenazas, 56 ataques físicos o materiales, 28 privaciones de la libertad, 24 acoso y hostigamiento, y nueve intervenciones de comunicaciones. Pero si los ataques preocupan, más debería hacerlo el hecho de quiénes son los agresores. En 140 ocasiones se trató de funcionarios públicos, en 32 de miembros del crimen organizado, 28 de particulares, 17 de miembros de partidos políticos, y en 59 casos se desconoce. Así que los periodistas, aunque eso no se diga en los discursos oficiales, buscan ser silenciados por las balas del narco, sí, pero también del poder político. Quienes debieran garantizar libertad de expresión, en no pocas ocasiones, son quienes buscan sepultarla. Sigue habiendo autoridades que buscan acallar críticas. De las 276 agresiones, 132 fueron por denunciar corrupción y política, 80 por trabajos relacionados a la seguridad y justicia, 37 por temas de protesta y movimientos sociales, 23 por asuntos de derechos humanos, tres por tierra y territorio, y uno cayó en el ámbito del sector privado. El miércoles se cumplieron 100 días del asesinato de Javier Valdez en Sinaloa, cinco meses del asesinato de Miroslava Breach en Chihuahua… no hay detenidos. Esa incapacidad, acompañada de ineptitud, permite que los ataques sigan. Hace un par de semanas, también, escalaron, más todavía, las amenazas contra Héctor de Mauleón. Tampoco ahí las autoridades han dado con los responsables. De nuevo, impunidad. Los periodistas están bajo fuego. La libertad de expresión vive amenazada. En México ejercer el periodismo es un trabajo de alto riesgo. Están matando periodistas. -Off the record Alfonso Romo, de operador financiero a operador político de AMLO. O, ¿de qué platicaba con el dueño de Movimiento Ciudadano Dante Delgado, que recién dijo que con Morena no irían ni a la esquina?... A propósito de Morena, los consejeros estatales del partido en Puebla, sacaron de la encuesta para elegir candidato a gobernador al senador, tránsfuga del PRD, Miguel Barbosa. ¿Lo subirá el dedito de AMLO a la medición? Columna anterior: El abuso de la partidocracia