43 NORMALISTAS DESAPARECIDOS

A 10 años de Ayotzinapa: Él es don Clemente, el padre que por una década ha esperado el reencuentro con su hijo

En 2020, el normalista Christian Alfonso fue identificada por medio de restos óseos. A pesar de ello, su padre sigue en la lucha

NACIONAL

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Christian desapareció cuando tenía 21 años de edad.
Christian desapareció cuando tenía 21 años de edad. Créditos: Cuartoscuro/X/@DoceDeagosto12.

Era un 29 de octubre cuando el señor Clemente Rodríguez Moreno se hizo un tatuaje de una mariposa prehispánica cargando a una tortuga y unos caracoles entrelazados. Pero más allá de la tinta y las figuras, esta imagen sobre su piel representa la lucha que por 10 años ha tenido para encontrar a su hijo: Christian Alfonso Rodríguez Telumbre, uno de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala, Guerrero, la noche del 26 de septiembre de 2014 y de los pocos que hah sido identificados a través de restos óseos por la Universidad de Medicina de Innsbruck. 

En entrevista para El Heraldo de México, don Clemente expresó que a una década desde que su hijo desapareció, la resistencia para él no ha quedado atrás. Por el contrario, ha dejado todo con el objetivo de seguir en la búsqueda con la esperanza de que algún día ocurra el tan anhelado encuentro. 

“Esa tortuga anda buscando donde haya un reencuentro entre padre e hijo y es lo que llevo haciendo yo. Si alguien sabe de nuestro hijo, que nos diga qué pasó”. 

El joven fue identificado en 2020. Créditos: X/X/@DoceDeagosto12.

¿Quién es el señor Clemente, el padre que no deja de luchar?

Don Clemente Rodríguez Moreno es un hombre de 56 años de edad originario de Tixtla, Guerrero. Amante del deporte y del trabajo, es padre de tres hijas y un hijo, a quienes califica como personas ejemplares y como aquel motor que le hizo tener una vida feliz y sin preocupaciones por mucho tiempo. 

En su vida laboral, el señor Clemente se dedicaba a la venta de garrafones de agua en la calle todos los días sin descanso. Su jornada comenzaba a las 8:00 de la mañana y terminaba a las 5:00 de la tarde, horario en el que ya se dedicaba a atender su terreno así como sus porquerizas. 

Aunque las carencias económicas se llegaban a presentar, a lo largo de muchos años, Clemente fue muy feliz. Sin embargo, llegó el 2014 y todo se “vino abajo” con la desaparición de su único hijo varón: Christian Alfonso Rodríguez Telumbre, uno de los 43 normalistas de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos

Y es que a partir de que dejó de saber de Christian, los días del padre de familia tuvieron un cambio radical que se hizo presente en su aspecto físico, su salud y su estado emocional. La tristeza llegó a tal grado que el padre de familia ya no tenía ganas de seguir viviendo. 

“Del 2014 para acá, todo cambió. Yo ya no quería vivir, porque era mucho tiempo de andar buscando, me deprimí”.

El baile, el campo y la Normal: él es Christian Alfonso 

El joven tenía como una de sus máximas pasiones el baile. Créditos: X/@CentroProdh.

Noble y muy sociable es como su padre lo sigue recordando.  Sin embargo, una de las cosas que distinguen al joven Christian Alfonso Rodríguez Telumbre es su afición por el baile. Y es que su pasión era tal, que cada domingo tenía presentaciones en las que dejaba ver sus conocimientos aprendidos en el grupo de danza folklorica “Xochiquetzal” y que también compartía con sus hermanitas. 

El señor Clemente también lo recuerda como un chico muy bueno para la escuela, especialmente para asignaturas como Matemáticas. Incluso, el padre de familia cuenta que sus mismos compañeros lo tomaban como referente y le pedían ayuda a cambio de “algún refresco o una torta”. Pero, ¿cómo decidió ser maestro?

Uno de los motores que llevó a Christian a la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos fue su gusto por conocer la tierra y el cultivo. A él le encantaba que en la institución ubicada en el poblado de Ayotzinapa se sembrara todo tipo de semillas, incluidas la de lucha social. 

Porque lo que aprendió Christian en la Normal salió de las aulas. De acuerdo con su padre, al ir a distintos poblados del país, el joven se dio cuenta de las necesidades de la gente y comenzó a informar a los campesinos cuáles son sus derechos y cómo exigirlos. 

“Mi hijo aprendió mucho, muchísimo. Cuando llegaba a la casa, me compartía todas sus experiencias”.

La sed de conocimiento que tenía Christian Alfonso fue consumida la noche de Iguala cuando desapareció con 42 compañeros más y aunque a 10 años la incertidumbre sigue siendo la misma, en 2020 la Fiscalía General de la República (FGR) confirmó la identificación de unos restos que presuntamente corresponden al normalista. Pero ni eso ha frenado la búsqueda y las exigencias de su padre. 

Han pasado 10 años de la desaparición de Christian y sus compañeros. Créditos: X/@CentroProdh.

Don Clemente conoció la lucha y los movimientos después del 2014

La noche de Iguala no sólo cambió la vida cotidiana del señor Clemente. También le enseñó un nuevo modo de ver la realidad en el país, ese que sucede en medio de la lucha y los movimientos sociales. Y es que la desaparición de Christian hizo que cada marcha cobrara sentido, sobre todo tomando en cuenta el alto nivel de personas desaparecidas y asesinadas. 

De acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNL), hasta el 25 de septiembre de 2024, en México se han contabilizado 115 mil 384 de estos casos. Tan sólo en el estado de Guerrero hay más de 4, 200 registros que han paralizado los días de decenas de familias. 

En México se contabilizan más de 115 mil personas desaparecidas y no localizadas. Créditos: RNPDNL. 

“Antes de 2014 yo estaba más enfocado a mi trabajo y terminando mis actividades me dedicaba a ver la televisión. (...) Después ya veo las cosas diferente, ya veo como caminar, he visto muchas injusticias”.

Hoy, a una década de aquella noche que fue un tsunami para don Clemente, la lucha para él sigue sin detenerse. Ha sido y es  su amor de padre el que no lo deja rendirse y hacer de todo: plantones, marchas y hasta huelgas de hambre para tener aunque sea una guía de luz que le ayude a saber qué fue lo que pasó con los 43

“Uno como padre, por el amor a nuestro hijo, o por nuestros hijos daríamos cualquier cosa. ¿Qué pedimos? Hemos sido muy insistentes, muy necios, pero que esclarezcan los hechos, para saber dónde están, qué pasó con ellos”. 

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