La historia de Karina Noemí Velasco Guzmán, una psicóloga y neurocientífica originaria de Xalapa, Veracruz, es un testimonio de valentía, amor y resiliencia. Después de pasar más de dos años en Ucrania, en medio de un conflicto armado, Karina ha regresado a México para reiniciar su vida profesional y familiar.
Desde el estallido de la guerra en Ucrania en febrero de 2022, Karina tomó la difícil decisión de quedarse en Zhitomir, una ciudad ubicada a 140 kilómetros de Kiev, junto a su esposo ucraniano y su hija, que en ese momento tenía solo unos meses de nacida. La razón de su permanencia fue clara: mantener unida a su familia y asegurar que su hija creciera con la figura paterna presente.
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“Preferimos morir y pasar a la historia como luchadores, que desaparecer y que nos olviden después”, explicó Karina en uno de los múltiples videos que compartió a través de sus redes sociales, documentando su vida diaria durante el conflicto.
A través de estas plataformas, relató los desafíos de vivir en una zona de guerra, desde la constante amenaza de los bombardeos hasta la dificultad de conseguir alimentos básicos, lo cual llamo la atención de miles de internautas que seguían su día a día en ese país que se encuentra en guerra.
¿Cuál es la historia de Karina, la mexicana que se quedó en la guerra de Ucrania?
En marzo de 2022, un mes después de que la guerra comenzara, Karina describió en un video la cruda realidad de su situación: “Sonó la alarma, mi bebé estaba durmiendo. Anoche nos bombardearon. A sólo dos kilómetros de aquí cayó una bomba e impactó a un hospital y a casas de civiles. No es seguro salir. Nos queda estar ‘embunkerados’”.
Estas palabras reflejan la desesperante realidad que enfrentaban, donde la seguridad era un lujo inexistente y la supervivencia dependía de medidas extremas. La situación en Zhitomir se agravaba día a día, con los estantes de las tiendas vaciándose rápidamente y las alarmas de ataque aéreo sonando con frecuencia.
Finalmente, en abril de 2024, Karina y su familia lograron salir de Ucrania y regresar a México, no sin enfrentar más obstáculos, su esposo, al intentar cruzar la frontera, fue detenido y pasó tres días en una cárcel fronteriza. A pesar de ser tratado con respeto, la experiencia dejó cicatrices emocionales profundas en ambos.
De vuelta en Xalapa, Karina se enfrenta al reto de comenzar de nuevo. Antes de irse a Ucrania, había donado o prestado la mayoría de sus pertenencias, por lo que su regreso implicó restablecerse desde cero. Afortunadamente, recibió el apoyo incondicional de sus padres y amigos, quienes le proporcionaron lo necesario para reabrir su clínica de psicología, donde ahora se enfoca en retomar su ejercicio profesional.
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