La historia de María de Jesús Mundo, una mujer adulta mayor abandonada por sus propios hijos, ha conmovido a miles de personas en redes sociales. La mujer de la tercera edad, de 78 años y originaria de Tehuacán, Puebla, lleva más de dos años sentada en las bancas de la terminal de autobuses CAPU, esperando el regreso de su familia.
María de Jesús sobrevive gracias a la caridad de los transeúntes que le ofrecen dinero, comida y pañales, a pesar de su precaria situación, la esperanza de que su hija vuelva a buscarla es lo que la mantiene en la Terminal Central de Autobuses de Pasajeros de la Ciudad de Puebla.
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Esta historia fue dada a conocer en redes sociales, por una joven que entrevistó a María de Jesús para su perfil, la cual se volvió viral rápidamente por la indignación que causó en las y los usuarios que compartieron la historia, a través de TikTok y Facebook, alcanzando más de 5.5 millones de reproducciones y 390 mil reacciones.
María de Jesús aseguró que no tiene casa y que vive en la terminal CAPU porque cree firmemente que su familia vendrá por ella, pues tiene tres hijos: Víctor Manuel Rivas Mundo, que está en Estados Unidos, y sus hijas Marina Guadalupe y Alma Rivas Mundo, que vivían o viven en Cuautlancingo.
Así es la vida de la abuelita abandonada en la CAPU
María de Jesús relata que solo toma una Coca-Cola y come un pan al día, mientras junta lo que puede pidiendo en la calle para sus pañales. Gracias a la generosidad de personas que pasan por la terminal, ha logrado sobrevivir.
“Ha de estar arreglando lo de su escuela de sus hijos, pues también, amamos y respetamos a nuestros padres pero nuestros hijos dependen totalmente de uno. Yo no se lo tomó a mal que ella tarde, yo se que tarde o temprano va a venir por mí”, dice la señora con mucha seguridad
La abuelita se encuentra del lado donde salen los camiones, fuera de la CAPU. Los transeúntes y quienes desean ayudarla se han organizado para llevar solo lo necesario para el día y algo con qué cubrirse, ya que cualquier otra pertenencia es robada. A pesar de todo, la mujer se mantiene firme en su creencia de que su familia volverá por ella. "Sé que mi familia vendrá por mí y deben encontrarme aquí," dice con una esperanza inquebrantable.
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