El sistema penitenciario en México es uno de los más desiguales del mundo por muchos motivos. Desde la existencia de la prisión preventiva oficiosa como medida cautelar, pasando por la violencia que se vive ahí dentro, hasta las mismas instalaciones. Las personas que pasan por la prisión nunca vuelven a ser las mismas.
En el caso particular de las mujeres, aunque se enfrentan a espacios menos saturados que el de los hombres, las condiciones dentro y fuera de prisión siguen siendo inequitativas por preceptos machistas que, al igual que en el mundo exterior, se reflejan en la cárcel y parte de esto es a lo que se le conoce como el "abandono doble".
Sigue leyendo:
México está en pañales para afrontar casos de abuso sexual infantil: Guardianes
8M: SCJN invalida disposición del Código Penal de Michoacán en violencia vicaria
¿Qué es el abandono doble de las mujeres en prisión?
En una entrevista con la doctora Alma Polo Velázquez, investigadora del departamento de psicología de la Universidad Iberoamericana (UI), El Heraldo de México pudo discutir sobre las condiciones que viven las mujeres en prisión y las alternativas que tienen al terminar su periodo de privación de la libertad.
El abandono doble es cuando tanto la sociedad como el sistema dejan "a su suerte" a las mujeres en prisión; por un lado, las instituciones suelen castigar a las mujeres con la misma severidad que a los hombres en relación a los crímenes; sin embargo, las investigaciones demuestran que ellas están en el último eslabón de la cadena de delincuencia.
A diferencia de lo que las narcoseries como "La Reina del Sur" muestran en pantalla, las mujeres normalmente no delinquen solas, ya que siempre actúan junto con un hombre que las cohesiona a delinquir. Es decir, son las que hacen limpieza en las casas de seguridad, dan de comer a los secuestrados o hacen de "halcones".
Sin embargo, sus sentencias son equiparables a las de los hombres, quienes son los encargados de ejecutar, secuestrar, desaparecer, contrabandear, etc.
La otra cara del abandono llega por la familia, pues, de acuerdo con la doctora Polo Velázquez, las mujeres reciben cerca del 10% de visitas que reciben los reclusos hombres y esto atienden a un criterio machista pues, a ojos de la sociedad, la mujer falló en su papel como mamá, ama de casa o ejemplo moral al delinquir y, en consecuencia, debe ser exiliada.
Sus alternativas en prisión
Aunado a ello, las alternativas dentro de prisión para lograr una adecuada reinserción son limitadas, pues en cárceles como Santa Martha Acatitla a las mujeres se les enseña mayormente a hacer manualidades, las cuales pueden comercializar a través de Organizaciones de la Sociedad Civil; sin embargo, estas capacidades que están desarrollando difícilmente les van a servir cuando alcancen la libertad.
O sea que cuando queden libres, además de tener el estigma de tener antecedentes penales, tampoco van a estar capacitadas para ejercer alguna profesión que les ayude a obtener un empleo digno. De manera similar pasa con la salud mental, pues en los centros penitenciarios tampoco se les enseña a vivir en libertad ni cómo alejarse de los entornos violentos, por lo que es probable que reincidan en la delincuencia.
Finalmente, la doctora Polo instó a no caer en la desesperanza e insistió en que las autoridades deben cambiar el paradigma de la justicia punitiva por la justicia restaurativa, es decir, olvidar este pensamiento de que existe una relación proporcional entre el castigo y el sentido de justicia.
Escucha las noticias más relevantes del día
