En su visita a México uno de los sobrevivientes al accidente de 1972, en Uruguay, Carlos Páez Rodríguez, narró como fue sobrevivir a 72 días en condiciones extremas, tras la caída del avión en una cordillera en Los Andes, en el Valle de las Lágrimas a unos 4 mil 200 kilómetros de altura, cuando se dirigían a jugar rugby, tragedia que ha inspirado a Juan Antonio Bayona a realizar la película “La Sociedad de la Nieve”.
De acuerdo con Carlitos, como es conocido, en ese accidente iban a bordo 45 personas, las cuales 33 lograron sobrevivir a la caída de la aeronave, pero varias murieron en el transcurso de los días debido a las inclemencias del tiempo, la falta de comida y demás acciones que llevaron a que únicamente 14 personas salieran vivos de esa tragedia, afirmo Páez Rodríguez.
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La tragedia de Los Andes es un homenaje a la vida
En una charla Carlitos señala que lo que vivió en Los Andes es una historia maravillosa porque es un homenaje a la vida, ya que lo más atractivo ahí era morirse, también resalta que este accidente le sirvió para saber que, si sabía hacer las cosas, debido a que era un “junior”, señala que tenía una vida muy cómoda hasta ese momento, destaca que él sí se volvería subir al avión.
El sobreviviente recuerda que el día del accidente era un viernes 13, junto su cabeza entre sus brazos y rezó un “Ave María” de acuerdo con el testimonio esto lo realizó para quedar bien con Dios. También recuerda que fue la primera vez que veía un muerto, en este caso el piloto, quien alcanzó a decir que estaban del lado de Chile, en Curicó, minutos después falleció.
“La sed era peor que el hambre”, afirmó el sobreviviente de Los Andes
Uno de los momentos más crudos en este accidente fue cuando no había nada que comer, Carlitos señala que en 10 días únicamente habían probado una lata de mariscos repartida en 26 personas y dos cuadros de chocolate. Páez Rodríguez señaló que el hambre es muy diferente, el cuerpo comienza a usar sus reservas e inicias a orinar negro y la única opción era empezar a comer a los muertos, él menciona que ya había pensado proponer esta situación, pero al ser el más chico le daba pena.
Días después otro de los sobrevivientes, Nando Parrado, le dijo “Carlitos, yo me como al piloto”, Esta decisión trajo consigo un “pacto” entre ellos, mismo que se trataba que el primero que se muriera quedaba a disposición de los demás, ya que era la única salida para sobrevivir. Sin embargo señala que la sed era peor que el hambre ya que derretir nieve era muy complicado por las inclemencias del tiempo.