El caso de la muerte del empresario Íñigo Arenas no solo causó conmoción por lo extraño de las circunstancias en las que los hechos se desarrollaron, también puso en la mira una manera de operar que algunos delincuentes tienen y que aunque es antigua, queda relegada hasta que nuevamente ocurre algo que lo recuerda. Y es que de acuerdo a la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, es posible que las hostess del bar Black Royce le hayan suministrado una sustancia en su bebida.
Se conoce que varias bandas operan drogando a sus víctimas para despojarlas de sus pertenencias, una de ellas son “las goteras” que generalmente usan gotas oftálmicas para sedar a sus objetivos, colocando el medicamento en sus bebidas o alimentos, pero hay otras que usan otro tipo de droga, pues en algunos casos no solo buscan drogar, también cometer abusos sexuales, por lo que eligen la escopolamina, también conocida como burundanga o droga de la violación.

¿Qué es la escopolamina y cuáles son sus efectos?
Varios sitios especializados en medicina definen la escopolamina como un alcaloide natural que se encuentra en varias plantas de la familia de las solanáceas. Se usa también para reducir la salivación y el exceso de secreciones bronquiales antes de una cirugía, para reducir los estados espásticos en el parkinsonismo, y para producir la refracción ciclopléjica y dilatación de las pupilas en el tratamiento de la iridociclitis pre y postoperatoria, así como en iritis y uveítis. Es muy utilizada también por su efecto antiespasmódico.
De acuerdo con el sitio Intra Med, para que la sustancia sea usada para provocar sumisión química se suministra en dulces, chocolates o bebidas como gaseosa, café y licores. Debido a su mecanismo de acción, su permanencia en el estómago puede ser prolongada. También puede usarse en cigarros u otros inhaladores.

Cuando hay intoxicación por escopolamina los síntomas son variados pues hay disminución de la secreción glandular a nivel general produciendo sequedad de piel y mucosas, sed, dificultad para deglutir y hablar, pupilas dilatadas (midriasis) con reacción lenta a la luz y visión borrosa para objetos cercanos. Aumenta la frecuencia cardiaca. Produce también retención urinaria por espasmo del esfínter.
Respecto a los síntomas del sistema nervioso central, la escopolamina produce un estado de pasividad completa, convirtiendo a la persona en un “autómata”, lo que hace que los criminales se aprovechen pues desaparece la voluntad, logrando así la sumisión química. En algunas personas puede causar desorientación, excitación psicomotriz, alucinaciones, delirio y agresividad, similar al producido por la atropina, conocido como “delirio atropínico”.

Dosis muy altas desencadenan arritmias cardíacas, taquicardia severa, fibrilación, insuficiencia respiratoria, colapso vascular, convulsiones, depresión severa, coma y muerte.
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