“La Jenga” era uno de los sobrenombres con la que Luz Irene Fajardo Campos era conocida en el narcotráfico como fundadora de un grupo del crimen organizado que estaba ligado con Joaquín “El Chapo” Guzmán, toda vez que la mujer lo conoció y decidió que era momento de no ejercer como abogada tras haber culminado con sus estudios universitarios.
Durante su apogeo como uno de los grupos que traficaban droga hacia Estados Unidos con ayuda de sus socios del cártel de Sinaloa, la también conocida como “La Madrina”, pactó alianzas con narcos de Colombia y Ecuador, además de Panamá, por lo que ascenso en el crimen organizado creció rápido por lo que tuvo que valerse de sus dos hijos para manejar el negocio.

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¿Cómo fue que “La Jenga” pagó ser una jefa narco?
Al tener conexiones con los tres países extranjeros, Luz Irene Fajardo comenzó a ser monitoreada por las autoridades tanto de México, pero principalmente de Estados Unidos que a través de su agencia antidrogas (la DEA, por sus siglas en inglés), ubicó a la abogada de profesión como uno de los objetivos prioritarios para hacer frente al narco.
Para “La Jenga” resultaba “fácil” traer la droga desde los países sudamericanos para llegar a México y su posterior traslado a la Unión Americana, ya que lo llevaba a cabo a través de aviones para hacerlo con mayor rapidez y con seguridad. Sin embargo, la mujer tuvo que pagaron alto precio cuando se acabó su grupo criminal.

Pero en 2017, la jefa narco tuvo su primera pérdida con el asesinato de sus dos hijos Avilés Fajardo, los cuales fueron secuestrados por un grupo de hombres armados cuando los sorprendieron en Hermosillo, Sonora; entonces “La Jenga” no estaba en el país dado que había ido a un viaje de negocios a Colombia.
Los hijos de Luz Irene Fajardo Campos fueron asesinados por narcos rivales quienes además los cortaron en partes y les prendieron fuego dentro de un automóvil que también quedó calcinado. El ataque contra sus hijos fue una advertencia para que desistiera de declarar en contra del narco en caso de que pensara ser una testigo protegido en Estados Unidos, de acuerdo con información de Vice News.
Tras la muerte de sus hijos, Luz Irene fue arrestada por las autoridades y extraditada a Estados Unidos en donde finalmente recibió una sentencia de 22 años en prisión por su papel en una conspiración para transportar miles de kilos de cocaína y metanfetamina, como lo señaló el Departamento de Justicia estadounidense a través de un comunicado.