El reportero Marcos Viscarra vivió de primera mano la violencia que se generó en Culiacán durante los narcobloqueos que realizó el Cartel de Sinaloa, tras la detención de Ovidio Guzmán por parte de el Ejército. Para hablar de esta experiencia, el periodista de tuvo una conversación con Sergio Sarmiento y Lupita Juárez a través de la señal de radio de El Heraldo Media Group.
De acuerdo con su testimonio, un grupo de hombres armados irrumpió por la fuerza en el hotel en el que se encontraba durante la mañana en la que sucedieron estos hechos. Apuntándole con una arma de fuego, lo despojaron de las llaves de su automóvil.
"Fue una cosa tremendamente violenta, era increíble ver cómo por toda la ciudad se veían cortinas de humo".
Todo olía a quemado
El vehículo del profesional de la información compartió el destino con las decenas de unidades que fueron tomadas por el crimen organizado para cerrar el paso a través de nueve puntos estratégicos en la localidad ubicada en Sinaloa.
Pese al miedo que sintió durante estos momentos de agresiones a la población y a las autoridades, el reportero publicó varios tuits informando a la población sobre lo acontecido y así contribuir a la cobertura que unió a la prensa mexicana a casi tres años del llamado "Jueves negro", cuando el capo fue liberado después de ser detenido por la Sedena.
El ambiente en toda la ciudad, comentó, se llenó de terror, olor a quemado y una columna de humo en la que se conjuntaron los restos de la combustión de las propiedades de la población que fueron arrebatadas por los delincuentes.
"A mí me tocó salir porque era parte de mi trabajo".
Hicieron su trabajo con valor
Pese al miedo, informó, los integrantes del gremio se dedicaron a desplazarse por toda la zona para informar a la ciudadanía. En total, fueron cuatro de sus compañeros los que fueron despojados de sus unidades durante estos hechos.
"A mí me amenazaron con una arma para quitarme el carro, más tarde me amenazaron para quitarme mi equipo".
Entre sus pertenencias también le quitaron su teléfono celular y computadora, con las cuales trabaja y transmite la información que registra por las calles del estado a diario.
Destacó que los agresores no sobrepasaban los 22 años de edad, lo cual ve como muestra de que el crimen ha permeado en el sector más joven de la sociedad.
"Vivimos con miedo"
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