El 7 de septiembre de 2017 estaba por llegar a su fin cuando un terremoto con epicentro en Chiapas despertó a los mexicanos. Eran las 23:49 horas cuando el sismo de magnitud 8.2 remeció la tierra no solo en el sureste, sino que también alcanzó a los estados del centro del país.
Y es que, a diferencia de los sismos en Oaxaca o Guerrero que se perciben en los estados aledaños, el de hace cinco años fue en Pijijiapan, Chiapas, y se creía que su onda expansiva no podría llegar hasta el centro del país. Sin embargo, la alerta sísmica tomó por sorpresa a todos los habitantes de la Zona Metropolitana del Valle de México, quienes apenas tuvieron pocos segundos para evacuar.
Era casi la medianoche del jueves y muchos ya dormían. Otros apenas iban llegando a sus casas tras una ardua jornada laboral o de escuela, pero lo cierto es que miles de personas ya no pudieron conciliar el sueño esa noche por el temor de que la tierra pudiera volver a moverse en cuestión de segundos.
La información comenzó a fluir a cuentagotas, pues como cada que tiembla, la señal del celular y el internet siempre suelen fallar. Pero una vez que éstas regresaron, fue cuando todos supieron la magnitud de la catástrofe:
El fuerte movimiento duró unos tres minutos y debido a su potencia, fue catalogado por los expertos como el más destructivo en los últimos 100 años. De acuerdo con información oficial, el terremoto lamentablemente cobró la vida de 99 personas: 79 en Oaxaca, 16 en Chiapas, y cuatro más en Tabasco.
Además, en Oaxaca este sismo causó afectaciones a 26 mil 811 viviendas y provocó daños parciales en 36 mil 411 hogares; mientras que en Chiapas fueron 14 mil 9 viviendas las que en resultaron pérdida total y 32 mil 537 hogares con daños parciales, según información del Gobierno de México.
Volvió a temblar en septiembre...
El nocturno sismo del 7 de septiembre de 2017 removió los recuerdos de todos aquellos que vivieron en carne propia el terremoto del 19 de septiembre de 1985, pues ocurrió a tan solo 12 días de que se conmemorara el 32 aniversario de la catástrofe que dejó marcado para siempre al pueblo mexicano.
Como cada año, los gobiernos de la Ciudad de México (antes Distrito Federal) y el federal, organizan un macrosimulacro el 19 de septiembre, por lo que muchos mexicanos en 2017 ya se preparaban para el ejercicio cívico y preventivo. Porque para nadie es un secreto que nuestro país se ubica en una zona altamente sísmica.
Algunos creían que debido al fatal terremoto del 7 de septiembre se cancelaría el acto, pero no fue así. "Es que siempre tiembla en septiembre", solían decir las personas en redes sociales e incluso sus conversaciones cara a cara. De hecho, el Servicio Sismológico Nacional (SSN) reportó ese mes 5 mil 791 réplicas del sismo del 7S, entre ellas una de magnitud 6.1.
Pero esto no es más que un dicho sin sustento, pues expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) descartan que haya una temporada específica para sismos, pues estos pueden ocurrir en cualquier momento del año, explicó Luis Quintanar Robles, investigador del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la Máxima Casa de Estudios.
La ciencia dice que no hay una temporada de sismos, pero esta creencia sigue muy arraigada en la mente y el corazón de muchos mexicanos, sobre todo porque aún muchos no se recuperaban del susto, el trauma o las pérdidas del 7S, cuando de nueva cuenta la tierra sorprendió a todos 12 días después.
Y entonces el 19 de septiembre de 2017 se activó la alerta sísmica en dos ocasiones:
La primera para que todos los ciudadanos participaran en el macrosimulacro por el 32 aniversario del terremoto del 85; no habían pasado más de 15 minutos después de las 13:00 horas, cuando los altavoces alertaban por un sismo, no era un simulacro, sino un temblor real de magnitud 7.1 que se generó en los límites de Puebla y Morelos.
Y sí. Volvió a temblar en septiembre.
*Con información de Diana Zaragoza y Yesme Cortés
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