Todos los días las placas tectónicas están en movimiento, pero es sólo coincidencia que tres sismos con magnitud superior a los siete grados se hayan registrado el 19 de septiembre (1985,2017 y 2022), pero también resalta que haya sido en el mismo lugar, la placa tectónica Cocos. Y no podría descartarse una cuarta vez, aunque las posibilidades disminuyen.
“Es una coincidencia en el tiempo y el espacio, ya hasta suena como broma, pero es coincidencia total. Los sismos son resultado de placas tectónicas que se están moviendo y liberan energía de manera espontánea. La placa está en movimiento, acumulando energía y llega un momento en que no soporta y se rompe, generando el sismo. También, lo que ha coincidido (además de la fecha), es la placa de Cocos en las tres ocasiones anteriores. La placa de Cocos es muy activa, ha generado sismos muy intensos en los últimos 50 años ha generado temblores importantes que han afectado el Centro y Occidente del país", detalló el especialista en sismos e investigador del Departamento de Georgrafía en la Universidad de Guadalajara, Carlos Suárez Plascencia, en entrevista con El Heraldo de México.
El fuerte susto por el sismo de ayer, que como suele ocurrir entre los mexicanos rápidamente se convirtió en chascarrillo, sí tiene aspectos que no deben perderse de vista: los tres temblores son parte de un ciclo entre el primero y segundo evento hubo un espacio de 11688 días, mientras que entre el segundo y el tercero fueron 1826 días, pero sismos
menores de 7 grados fueron miles. En Jalisco el domingo hubo cuatro sismos, el jueves 10, pero son más raros los temblores con magnitudes mayores de 7 grados.
El temblor de ayer generó una alerta de tsunami pero de baja dimensión, entre uno y tres metros de altura en las olas. Además de la placa tectónica de Cocos, los territorios de Jalisco, Michoacán y Nayarit están bajo la influencia de la placa de Rivera, ambas ocasionan movimientos similares, por lo que sus habitantes tienen que saber cómo actuar ante cualquier evento inesperado.
Siendo optimistas, el movimiento telúrico que no dejó pérdidas humanas, sólo daños materiales, muestra varias bondades, en lecciones para todos sin importar si vivimos en ciudades, zonas costeras o serranas, subraya Rocío Castillo, experta en sismos y tsunamis, también académica de la UdeG:
"Es muy importante para sensibilizar a los niños, primero vivieron el simulacro en su escuela y luego vino el sismo de verdad.
La segunda parte muy importante es el respeto a los códigos de construcción, cómo se edifica, con qué materiales y en qué lugares. Como compradores tenemos derecho a preguntar para qué escenario sísmico está diseñada esta casa o este edificio. Nosotros como consumidores debemos exigir el cumplimiento de la norma, pero nos dejamos llevar por lo bonito de la casa, si queda cerca del trabajo y nunca preguntamos con qué método construyeron".
La población con los simulacros va aprendiendo que es indispensable la autoprotección, la educación previa a un "evento que puede causar un desastre, sea sísmico, volcánico, de tsunami o deslizamiento de tierra. ¡Hay que estar preparados! Esto nos indica que nuestra tierra está activa y que estamos en un planeta vivo que constantemente se manifiesta de diferentes formas", coincidió Suárez Plascencia.
PAL