Desde el lunes pasado, se estrenó la serie documental “Caníbal: Indignación Total”, la cual relata la historia del feminicida Andrés Filomeno Mendoza Celis, conocido como el “monstruo de Atizapán”, hoy recluido en prisión vitalicia.
La noche de este jueves 30 de junio se estrenó el cuarto episodio de la serie sobre el “monstruo de Atizapán”. El cual dejo siniestras revelaciones sobre la vida del asesino serial.
De acuerdo con testimonios de sus vecinos e inquilinos, Andrés era conocido por frecuentar muchos bares de la zona, donde se presume que encontraba a sus víctimas. Cabe resaltar que el feminicida no platicaba con cualquier persona, solo le interesaba la compañía de mujeres.
Entre las características de sus víctimas, la mayoría coincidía en ser mujeres bajas de estatura, robustas, pertenecientes a la clase media baja, con carencias económicas, vulnerables y solas. Además, tres de ellas residían en el municipio de Tlalnepantla, Estado de México, un dato que llamó la atención de los policías.
De igual manera, las víctimas del feminicida eran mujeres que se habían separado de su familia, por lo que no siempre eran buscadas por sus seres queridos.
Durante el episodio, Arturo Zaldívar, ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, enfatizó que en el país las mujeres jóvenes, que tienen que salir de noche, se enfrentan a hombres peligrosos como el famoso “monstruo de Atizapán”.
Luego de que se descubrieran restos de 19 personas dentro del domicilio de Andrés, vecinos, inquilinos, bomberos y policías declararon que aún no pueden superar lo que vieron. Especialistas señalan que todos los que tuvieron un acercamiento con el caso deberían recibir atención psicológica, por las crudas imágenes de las que fueron testigos.
Cabe señalar que actualmente, el inmueble donde habitaba el “monstruo de Atizapán” ya no existe, esto debido a que las autoridades excavaron y deconstruyeron la vivienda en busca de pistas, huesos, o indicios que alimentaran la investigación en contra del feminicida.
Finalmente, el episodio concluye con la grabación de una audiencia contra Andrés Filomeno Mendoza, donde por la gravedad de sus crímenes y el odio con el cual los realizaba es considerado por el juez como un "depredador humano".