Estoico, firme y de buen humor, así fue Raúl Esquivel Carbajal, quien formó parte del Heroico Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de México y fue mejor conocido como "Jefe Vulcano", hasta el final de sus días.
Verlo negar cualquier tipo de dolor, actuar como el héroe de la Ciudad de México hasta su último respiro y solamente asentir con la cabeza es algo que su hija Andrea, confiesa, hizo que se le partiera el corazón.
"Me siento muy orgullosa, pero muy orgullosa de él", dijo.
Asegura que los médicos hicieron todo lo humanamente posible para postergar su muerte. Reconoció la fortaleza del hombre, quien sobrevivió a una operación riesgosa, pero pereció a unos días de esta.
"El dedicó su vida el Heroico Cuerpo de Bomberos", dijo.
Contó que en su tiempo activo, el bombero de la ciudad estaba listo desde la cinco de la mañana, hora en la que ya tenía preparado sus tres radios y sus dos teléfonos celulares, en los cuales recibía los reportes de emergencias de la ciudadanía.
"Es una leyenda, su legado está ya en la Ciudad de México", dijo.
Su pasión por el trabajo provocó que la Central de Bomberos se convirtiera en el lugar donde más tiempo pasaba, al punto de que la consideraba su primera casa.
Destacó que no había llamada de auxilio que dejara a de atender, pues sin importar la hora que fuera atendía a la gente que lo necesitaba.
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