A punto de cumplir un año, el albergue improvisado cerca de la garita de El Chaparral, en Tijuana, Baja California, donde había 382 migrantes, fue desmantelado la madrugada de este domingo, operativo en el que participaron los gobiernos federal, estatal y municipal.
Cerca de las 5:00 horas, las autoridades les dieron media hora a los migrantes para recoger sus pertenencias y abordar los autobuses para trasladarlos a cuatro albergues en la ciudad.
Algunos extranjeros lamentaron que los retiraran, pues dijeron: “No son las formas”.
La alcaldesa de Tijuana, Montserrat Caballero, destacó que este operativo se diseñó con antelación y en la semana informaron a los migrantes.
Incluso, comentó que cuentan con el aval de los organismos de derechos humanos y Estados Unidos fue informado de las acciones. Dijo que se trató de un operativo pacífico y que los uniformados que participaron no estaban armados.
Entre los argumentos, de acuerdo con las autoridades, se busca garantizar condiciones de seguridad física, de salud y protección civil.
El secretario de Gobierno de la entidad, Catalino Zavala, consideró que el cambio a otros albergues tendrá consecuencias directas en la calidad de vida, la salud y derechos de los migrantes, además de que en todo momento se integró la perspectiva de género y la inclusión de grupos en condiciones de vulnerabilidad.
Montserrat Caballero afirmó que en el lugar había elementos que ponían en riesgo a los migrantes. “En cuestiones de seguridad, había diablitos colgados, minas de gas, muchos cables de manera irregular y eso nos hizo también irnos al tema de la salud: ya había ratones, mucha basura”.
Hasta ayer, la garita de El Chaparral, de ingreso a Estados Unidos, seguía cerrada; dejó de funcionar desde que se instaló el albergue en la zona.
PAL