CHAPULTEPEC

Fuente de Belén, la más antigua de la CDMX, pervive maltrecha en el olvido en Chapultepec

La fuente fue construida entre 1755 y 1760, inaugurada por el virrey Agustín de Ahumada y Villalón; el monumento no ha recibido atención ni mantenimiento desde hace una década

NACIONAL

·
La Fuente de Belén se encuentra en un rincón de lo que hoy es el Centro de Transferencia Modal (Cetram) Chapultepec. Foto: Carlos NavarroCréditos: Foto: Carlos Navarro

En un rincón de lo que hoy es el Centro de Transferencia Modal (Cetram) Chapultepec se encuentra la fuente más antigua de la Ciudad de México.

Olvidada, con una pequeña cerca custodiándola, el monumento histórico, construido entre 1755 y 1760 e inaugurado por el virrey Agustín de Ahumada y Villalón, muestra fracturas y relieves desgastados, a sólo unos cuantos pasos de las avenidas más icónicas: Paseo de la Reforma y Chapultepec.

El Catálogo Nacional de Monumentos Históricos de Inmuebles reconoce que la fuente está en mal estado.

“Los relieves de la pila se encuentran en muy mal estado, no así las molduras y pináculos del remate”, detalla una ficha del monumento.

De acuerdo con una serie de solicitudes de información a instancias locales y federales, al menos en los últimos 10 años, no se ha destinado ni un solo peso para su atención y tampoco hay estudios para determinar su estado.

Por ejemplo, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) respondió que no está facultado para ejecutar obras, ni para destinar recursos para la realización de éstas en inmuebles que no se encuentren bajo su custodia.

“Su función respecto al inmueble histórico de referencia consiste únicamente en asesorar, normar y autorizar las intervenciones que pretendan realizarse en el monumento, previa realización del trámite correspondiente ante esta Unidad Administrativa, por parte de la autoridad que lo resguarda. 

“En este sentido se señala que en los últimos 10 años no se ha recibido solicitud alguna de intervención por parte de alguna autoridad de carácter local, responsable de su resguardo”, explicó.

La Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH explicó que, para conocer la información referente a los trabajos de conservación realizados a la Fuente de Belén, es necesario que dicha solicitud sea remitida al gobierno de la Ciudad de México, que es el encargado de la conservación del patrimonio cultural en dicha zona, tal como lo establece la Ley del Régimen Patrimonial y del Servicio Público.

Por su parte, la Secretaría de Cultura federal respondió a las peticiones que no cuentan con información del estado de la fuente y le corresponde al gobierno local informar sobre ello.

La Secretaría de Cultura capitalina, que es la encargada de este monumento, reconoció que no se le han destinado recursos en los últimos 10 años.

“Esta Dirección General de Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural no cuenta con algún dictamen o documento que muestre el estado físico y/o estructural de la Fuente de Chapultepec.

“Asimismo, le comento que esta dependencia no cuenta con atribuciones para llevar a cabo obra pública, en ese sentido, desde esta dependencia no se han llevado a cabo acciones, ni se ha destinado presupuesto o celebrado contratos para la atención de esta Fuente”, explicó el documento con el folio 0102000029821.

Simbolismo vivo

Rubén Ochoa Ballesteros, arquitecto y restaurador de de inmuebles patrimoniales, afirmó que más allá del monumento, la intención es recordar la importancia del agua en la Ciudad de México.

“Hay que analizarlo como elemento que tiene un valor patrimonial por lo que representó y porque tiene un valor estético, y ahí tiene su mayor posibilidad de recuperación, ya no importa si se vuelve a utilizar o no, puede hacer una fuente sin agua (...) ya no la necesitamos que la vuelvan a hacer fuente, no es necesario, ya no necesitamos que la reconecten a ningún sistema que la haga útil.

“Lo que querría la ciudad sería primero entender que sí dejó de ser útil, pero que puede ser todavía un recuerdo que les instruya a las generaciones que nacieron después de que se usaba, como un recuerdo del uso del agua, la importancia del agua para la vida en una ciudad tan grande y la importancia del agua vuelve a cobrar grandes connotaciones”, explicó en entrevista con El Heraldo de México.

Ballesteros aseguró que con una rehabilitación superficial no se lograría el cometido de poner en evidencia el verdadero significado.

“La propuesta va más allá de una simple intervención cosmética de repararla a la vista, de que la ciudad crea que ya la repararon con una aplanadita, rajuelear la fisura, que ya no se vea, y luego pintarla toda rosa y ya quedó lista, eso sería lo peor, porque no aprovechamos el momento para determinar su valor simbólico.

“(...) no son las piedras, es el agua, ¿qué es el agua?, es la vida, hagamos que una piedra rota retome un significado de agua de vida, que es lo que la Ciudad necesita”, aseguró el especialista.

De acuerdo con las autoridades, la fuente antes estaba ubicada a la entrada del Bosque de Chapultepec, donde surgían los manantiales que dotaban de agua a la hoy Ciudad de México.

“Este oasis citadino fue funcional por más de un siglo. Los aguadores llenaban ahí sus cochocoles (grandes vasijas de barro) para posteriormente llevar el preciado líquido de puerta en puerta a los vecinos de San Miguel Chapultepec”, explicó la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

En 1921, el arquitecto Roberto Álvarez Espinosa la cambió de sitio, tras realizarle unas modificaciones, pero después de la demolición del Acueducto de Chapultepec, la Fuente de Belén cumplió una función exclusivamente decorativa.

Incluso, con la intención de crear en 2015 el Corredor Cultural Chapultepec, se contempló que fuera removida en pedazos, sin embargo, los vecinos de distintas colonias aledañas se opusieron a dicho proyecto.

La Conagua detalló que la Fuente de Belén es un monumento construido en piedra toba, de aproximadamente 12 metros de largo por 6.8 de alto. Está sostenida por dos contrafuertes en la parte posterior.

Las inscripciones en la parte frontal, al parecer están invertidas de lugar: el inicio de la inscripción esta del lado derecho y la continuación en el izquierdo. 

Se encuentra protegida por un barandal metálico de 0.80 metros de altura, igual al diseño de herrería existente en la plaza del Metro Chapultepec.

De la Fuente de Belén partían 902 arcos, a lo largo de cuatro kilómetros, que distribuían agua por la urbe hasta llegar a la fuente de Salto del Agua, en la esquina de San Juan de Letrán y Arcos de Belén.