Ante las insistentes denuncias en torno a la incursión del crimen organizado en los diferentes niveles de gobierno, diversos actores políticos y sociales, han manifestado su preocupación ante esta problemática, la cual quedó de manifiesto en las pasadas elecciones del 6 de junio.
En entrevista con Lupita Juárez y Sergio Sarmiento, el obispo de la diócesis de Chilpancingo, Salvador Rangel Mendoza, expresó su temor ante la incursión del crimen.
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Si bien recordó que desde hace tiempo desgraciadamente muchos municipios estaban manejados por el narco, lo cual tristemente es una realidad que se vive en el estado; durante las últimas elecciones, sucedió algo parecido o peor, denunció el religioso. Esto debido a que abiertamente diversos capos del crimen mandando a llamar a los políticos electos para pactar arreglos.
Según dijo el obispo, en las pasadas campañas electorales algunos mítines fueron organizados por el crimen, incluso recordó que también el actual gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, ha estado denunciado dicho detalle.
Preocupa incursión del crimen en administraciones locales, buscan el presupuesto
Salvador Rangel Mendoza externó su temor debido a en días pasados al menos dos presidente municipales le confiaron que han sido llamados por grupos criminales para llegar a “arreglos”, sin embargo, la entidad es disputada por tres grupos criminales por lo que es preocupante que exijan recursos al gobierno local, pues qué pasará si todos los grupos exigen dinero, cuestión el obispo.
El religioso también denunció la problemática que están viendo las minas en el estado, pues los grupos delincuenciales se ha apoderado de estas y piden cuotas mensuales tanto a los trabajadores como a los dueños, lo que es un gran problema al cual se le debe poner atención.
El otro gran problema, dijo Salvador Rangel, es que los grupos criminales están buscando obtener por el presupuesto municipal, por lo que consideró de vital importancia que la federación ponga atención en este tema y actúe para evitarlo.
Finalmente consideró que si el narco se apodera de los recursos de los municipios, terminará siendo dueño de todo, de la carne, los rastros, el ganado y hasta de la refresquera que se ubica en la entidad.