VACUNA

Chofer de microbús transporta gratis a abuelitos para que reciban la vacuna contra Covid-19

Alejandro lleva ocho años conduciendo un microbús pero nunca había recorrido una ruta tan especial

NACIONAL

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Alejandro lleva ocho años conduciendo un microbús pero nunca había recorrido una ruta tan especial. Desde hace unos días, traslada gratis a abuelitos de los puntos más remotos de la capital hasta el lugar de vacunación contra el coronavirus.

Con sombrero de paja que cubre su blanca cabellera, José Joaquín Tapia abordó en el apartado poblado de Santiago Tulyehualco el microbús que lo lleva hacia el centro de Xochimilco, una de las alcaldías de Ciudad de México donde se vacuna a mayores de 60 años.

"Estoy esperanzado porque realmente lo que quiere uno es no pasar por este evento (el Covid-19) porque es una sentencia de muerte", comenta este jueves a Efe este hombre de 62 años, inquieto en su asiento con la ilusión de un niño.

"Independientemente de lo que la gente piense, es una cuestión de salud pública y si uno se vacuna, ayuda a que otros no les pase nada", añade con la sabiduría que le confieren sus seis décadas de existencia.

Este reparador de lavadoras y refrigeradores recibirá su primera dosis de la vacuna pocos días después de que México cumpliera el primer año de la pandemia, que lleva más de 2,1 millones de contagios y 188 mil muertos, siendo el tercer país del mundo con más fallecidos.

Aunque risueño opina que la muerte le salvaría de las "deudas", confía en que todavía no le ha llegado el momento.

Un boleto para los adultos mayores

La alcaldía de Xochimilco, región del sureste de la Ciudad de México, ha facilitado autobuses, camionetas y taxis gratuitos que recogen a los ancianos de los barrios y pueblos más apartados en puntos de referencia como las iglesias.

"Quedo satisfecho y en cierta manera hay que aportar un granito para que podamos salir adelante", cuenta Alejandro, conductor de 34 años que por las mañanas traslada a los ancianos a la vacunación y por las tardes se reincorpora a su ruta habitual.

Si el tráfico lo permite, el vehículo transita en poco menos de una hora los 12 kilómetros del recorrido que une Santiago Tulyehualco, San Luis y San Gregorio con el Centro Deportivo de Xochimilco, donde se inmuniza a la gente.

Aunque no falta su aspecto anticuado y los inconfundibles colores verde y blanco, este "pesero" no circula abarrotado como lo suelen hacer los buses de la Ciudad de México, en cuya área metropolitana viven 22 millones de personas.

Durante el trayecto hacia la inmunización se sube a una decena de personas, que pueden sentarse sin problemas frente el traqueteo de las calles irregulares.

Una de ellas, quien no olvidó su cubrebocas y careta, es Julia Sesmas, de 73 años, a quien le toca vacunarse este día porque es el turno de los dueños de los apellidos que empiezan por S, T y U.

Sentada de espaldas a la ventana, cuenta que está "agradecida con Dios" por este transporte, del que se enteró por televisión, y se confiesa tranquila porque a su marido se vacunó el día anterior y todo fue bien.

"A mí esposo le tocó ayer y me comentó cómo está, que se sintió bien y por eso ahorita vengo con más confianza", cuenta esta mujer, quien no cree en los rumores que corren por su pueblo de que la vacuna no funciona.

Lo único que desea al bajarse del "pesero" es que la vacuna contra el Covid-19 no tenga los mismos efectos secundarios que la de la influenza, que deja a Julia 15 días "tirada en cama".

Por EFE

cvg