LEYENDAS

La Mulata de Córdoba: ¿leyenda o realidad?

La leyenda cuenta la historia de una mulata acusada de brujería debido a su belleza y sus conocimientos de las hierbas

NACIONAL

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La mulata fue encerrada en el fuerte de San Juan de Ulúa.Foto: CuartoscuroCréditos: Cuartoscuro

Las leyendas son parte de la cultura mexicana y también una manera de contar ciertos acontecimientos históricos. El estado de Veracruz, rico en diversidad cultural, no se queda atrás. Aquí te contamos una de las leyendas más famosas: la leyenda de la mulata de Córdoba que si bien el final es fantástico, como toda leyenda, tiene una base real.

 

Cuenta la leyenda que durante la época de la colonial, existió una mujer mulata de extraordinaria belleza. En ese entonces, los mulatos y los negros carecían de derechos como ciudadanos de la Nueva España, por lo que su situación solía ser más difícil que la de otros en las colonias.

La mulata era reconocida en el pueblo por tratar las enfermedades y los malestares con hierbas. Además se decía que tenía un pacto con el diablo que la había dotado de su lindura y de una capacidad para conquistar a los hombres. 

El alcalde de Córdoba se enamoró de ella pero la mulata, siempre parca y huraña con los hombres, le rechazó por lo que despechado, el hombre la acusó de brujería. 

Dependiendo del relato incluso se señala que aumentó la acusación y afirmó que la mulata le dio a beber una poción que lo hizo perder la razón momentáneamente. 

La Inquisición, al enterarse de lo sucedido, inició un juicio contra la mulata y ordenó su reclusión en el fuerte de San Juan de Ulúa en lo que llegaba la fecha de su ejecución. 

Cuando la mujer estaba en su celda, le pidió a uno de sus carceleros que le consiguiera un pedazo de carbón. En cuanto lo tuvo en sus manos, comenzó a dibujar muy detalladamente un barco que parecía que zarparía en cualquier momento. 

Un día antes de su ejecución, al mismo tiempo que se desarrollaba una poderosa tormenta en el puerto, se acercó un carcelero al que la mulata le preguntó: 

“Dígame, caballero, ¿qué le falta a este barco?”

El hombre le dijo que en lugar de dibujar debía rezar por la salvación de su alma pues se acercaba el momento de su muerte, sin embargo la mulata insistió con su pregunta a lo que el carcelero le respondió:
“El barco es tan perfecto que lo único que le hace falta es navegar”

La mujer le respondió: 

“Si tu voluntad es que navegue, así será” 

Y enseguida saltó para meterse a la pintura que había realizado y desapareció. El barco, al mismo tiempo empezó a moverse en la propia pared como si se alejara lentamente. 

Personas del pueblo aseguró que ese día pudieron ver la figura de un barco yendo rumbo a mar abierto, algo que les pareció extraño, ya que el puerto estaba cerrado debido a la tormenta.

 

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