PANDEMIA COVID-19

Disminuye ruido y contaminación por gases de efecto invernadero, durante confinamiento

Poca movilidad de automóviles permitió que bajara contaminación entre 4 y 7 por ciento, subrayan especialistas de la Universidad de Guadalajara

NACIONAL

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Disminuyó la contaminación por ruido en las calles, pero creció el ruido vecinal.FOTO: ESPECIAL

Durante la pandemia de COVID-19, un par de Botones de emergencia para disminuir la movilidad de personas en las calles y cortar la cadena de contagios, ha beneficiado al medio ambiente, la contaminación por gases y por ruido disminuyeron considerablemente.

Arturo Curiel Ballesteros, académico del Instituto de Medio Ambiente y Comunidades Humanas, del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), subrayó que la atmósfera se ha beneficiado.

“Los cambios que vimos a finales de marzo, en el que la gente en casi todo el mundo se quedó en casa, tuvo un efecto de entre 4 y 7 por ciento menos en las emisiones globales de los gases de efecto invernadero a la atmósfera; eso se tiene que reconocer como algo importante, porque desde 1992 se procura que las naciones disminuyan este tipo de gases”.

Los investigadores analizan por qué esta disminución en la contaminación no tuvo una influencia significativa en la variabilidad natural de la temperatura, que se ha mantenido en niveles registrados hace 4 años.

“Aún cuando fue una disminución importante de gases contaminantes, el año 2020 se ubica entre los cinco años más calientes desde 1880. Se tuvo una disminución, sí, pero no tuvo efecto diferente a lo que se ha tenido en la última década de este siglo en cuanto a las anomalías de grados centígrados de temperatura máxima”.

El especialista en cambio climático subrayó que durante el confinamiento hubo una reducción importante en el fenómeno del ruido y la contaminación, ya que al hacer el trabajo en casa obligó a muchas industrias a parar.

“La Secretaría de Transporte estima que 334 mil 600 viajes en automóvil son utilizados para traslados escolares todos los días, y ante la suspensión de clases estos viajes dejaron de realizarse, por lo que la emisión de ruido disminuyó radicalmente en las calles, además de tener un impacto saludable para las contingencias atmosféricas”, explicó Martha Georgina Orozco Medina, investigadora del CUCBA.

Sin embargo, el “ruido vecinal” creció al permanecer las familias completas en sus hogares: uso de aparatos electrodomésticos, música a alto volumen, presencia de mascotas y niños que juegan, clases en línea y videoconferencias.

Por su parte, María Guadalupe Garibay Chávez, académica del Instituto de Medio Ambiente  y Comunidades Humanas del CUCBA, recordó que el largo confinamiento ha generado problemas psicológicos: ansiedad, depresión, estrés y desesperanza, un aspecto relacionado con la desigualdad ya que no toda la población tiene acceso a espacios verdes o actividades lúdicas.