Víctor Hugo Vargas, bombero segundo que participó en el combate contra del fuego que se suscitó en las instalaciones del Metro, dio a conocer que la subestación eléctrica tenía 20 mil litros de aceite vegetal que eran utilizadas por enfrían los transformadores y que cuando llegó junto con sus compañeros al lugar del siniestro las llamas ya se habían extendido por gran parte del inmueble.
Destacó que la labor se complicó debido a que se estimó que había al menos 34 personas dentro del lugar y agregó que la escalera en contra de incendios estaba cubierta de humo y había una temperatura extrema en el lugar, lo cual impidió que fuera utilizada.
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Mencionó además que a unos minutos de que los tragafuegos se presentaron en el lugar presenciaron la muerte de una oficial de policía que se encontraba dentro del sitio debido a una caída de varios pisos.
“Nos estaban diciendo que había personas dentro”.
Se arriesgaron
Explicó que los uniformados entraron al inmueble con equipo de protección adecuado, pero que él trató de llegar lo más alto posible para determinar si se podía salvar a alguien. Una vez que alcanzó la azotea, narró, se encontró con unas siete personas tiradas sobre el piso, por lo que pensó que habían muerto.
“Cuando yo logró subir veo a todas esas personas en el piso”.
En total, había 34 individuos en este punto. A todas las que les indicó que no podían rescatarlas de manera inmediata debido a que el humo se había propagado por el edificio y además había una temperatura muy alta, por lo que les solicitó que esperarán.
El bombero bajó de nueva cuenta para solicitar equipo de respiración a fin de que las personas pudieran ser salvadas.
Durante el rescate, comentó, no se podía ver nada debido al humo. La labor, agregó, fue llevada a cabo en conjunto con otros de sus colegas, quienes poco a poco fueron subiendo y bajando las escaleras para sacar a las personas que estaban dentro.
El bombero aplaudió además que uno de sus compañeros se quitó el equipo de seguridad para auxiliar a uno de los atrapados y permaneció en el lugar que estaba en llamas hasta que Víctor regresó por él.