La operación de las fuerzas de seguridad eliminó el dominio que tenía el crimen organizado, falta minimizar su presencia, aseguró el todavía secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo.
En entrevista con Salvador García Soto para El Heraldo Media Group, el funcionario explicó que no hay una sola zona en la que no exista presencia dominante de las fuerzas del Estado.
“Una cosa es que haya presencia de organizaciones criminales y otra cosa es que esas regiones estén dominadas (por el narco)”, dijo.
—¿No lo están? —se le cuestionó.
—Absolutamente no —sostuvo.
El funcionario aseguró que se han rediseñado las instituciones de seguridad y ha cambiado el perfil del Estado en este ámbito, porque no es igual la Guardia Nacional que la Policía Federal, que terminó corrompida “hasta sus entrañas”.
Sin embargo, al ser cuestionado sobre la detención de seis elementos de la Guardia Nacional por la muerte de una mujer en Delicias, Chihuahua, Durazo explicó que ya no hay complicidad, porque fueron presentados de inmediato ante la autoridad correspondiente.
“La gran diferencia es que no hay complicidad, puede haber errores, puede haber excesos en el uso de la fuerza, y puede haber abuso, pero en ninguno de esos casos van a ser protegidos por las autoridades, de inmediato fueron puestos a disposición, y esa es una cosa histórica, nunca se hizo”, destacó.
“Tú no registras, por ejemplo, que las autoridades correspondientes hayan puesto a disposición a los elementos de la Policía Federal que tuvieron evidentemente una participación en los hechos, no hablo de una responsabilidad, no me corresponde a mi juzgar, pero en el caso de Ayotzinapa”, enfatizó.
Destacó que mientras la Policía Federal era de carácter itinerante, la Guardia Nacional tiene un despliegue permanente, lo que permitió recuperar el territorio en el que la criminalidad operaba sin problema.
Reconoció que el operativo para detener a Ovidio Guzmán, hijo de El Chapo Guzmán, estuvo mal diseñado, porque no había una orden de cateo, sólo una orden de detención con fines de extradición, por lo que, de haber sido capturado, hubiera quedado en libertad por violaciones al debido proceso.
—¿Un año después podemos saber de quién fue el error? —cuestionó García Soto.
—Desde aquel momento, la Secretaría de la Defensa Nacional ofreció una investigación y, por supuesto, seguramente, no puedo yo adelantar juicios, pero la responsabilidad podría caer en quien comandaba a un grupo tan elemental, tan pequeño, de 30, la célula, como para detener a un criminal con ese perfil —señaló Durazo.
Rechazó que la detención del General Cienfuegos, en EU, sea la respuesta de la DEA por la liberación de Ovidio y aseguró que continúa la búsqueda del hijo del capo.
Sobre sus aspiraciones políticas, aseguró que las elecciones son competidas y debe asumir el reto.
Con información de Diana Martínez