En el Centro de Readaptación de Puente Grande en Jalisco arrancó una campaña de vacunación para evitar que los prisioneros que cumplen condena se enfermen de influenza o neumococo durante esta temporada invernal. Se han aplicado hasta el momento 4 mil 758 dosis de biológicos contra la influenza, 641 contra la hepatitis B y 635 contra neumococo de 23 serotipos.
Se mantiene también el monitoreo permanente para identificar los casos de COVID-19, como parte de la estrategia sanitaria preventiva.
En este mes de octubre, en especial, se da atención en el área femenil para que las reclusas reciban información preventiva en la detección oportuna del cáncer de mama. También se exhorta a internas para que se den tiempo y practiquen sus exploraciones mamarias.
En los distintos centros carcelarios de la entidad se aplican además pruebas rápidas de VIH-SIDA, sífilis-Hepatitis C y Colesterol.
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En esta primera etapa de la campaña de vacunación se dio prioridad a la población con características de mayor riesgo. Las personas privadas de la libertad pueden estar expuestas a varios tipos de enfermedades, la mayoría transmisibles, explicó Karina Cruz Murillo quien está a cargo de la Dirección Técnica Penitenciaria.
La funcionaria añadió que la campaña de vacunación es importante porque el riesgo de adquirir estas enfermedades por parte de la población penitenciaria es mayor a la que tiene la población en libertad.
También reconoció que no se logra vacunar a todos los prisioneros debido a que la Secretaría de Salud del Estado de Jalisco no tiene la capacidad de cubrir con la cantidad requerida para vacunar a todas las personas privadas de la libertad.