En el Ejército Nacional, la disposición y la voluntad de servicio es algo que está presente. Una prueba de ello se halla en el municipio de Zumpango, en donde había un agente que utilizaba troncos para hacer balsas y ayudar en labores sociales.
Sin que la pandemia sea un impedimento, las Fuerzas Armadas de México llevan a cabo el Plan DN-III-E para auxiliar a la ciudadanía ante los desastres naturales, con el único fin de apoyar a la sociedad. Este programa cumple 54 años de su creación.
Pese al temor de contagio de coronavirus, el ejército está presente en la población, como es en el caso de los estados de Tabasco, Quintana Roo y Yucatán, aunado al apoyo de los hospitales militares abiertos para pacientes COVID-19.
En el Estado de México, la milicia entrena en lugares estratégicos, en donde hay condiciones que son semejantes a una inundación o un terremoto, como es el caso de lo que ocurre en las entidades del sureste ante las fuertes lluvias o los sismos recientes.
“Sabemos que la naturaleza no tiene palabra, entonces vamos a emplearnos siempre teniendo los medios necesarios para auxiliar a las personas”, explicó Elvis Marcial, capitán segundo de infantería.
Al ser una zona vulnerable a encharcamientos durante las lluvias, la corporación realiza adiestramiento en la laguna de Zumpango, en donde crean estrategias y planes para auxiliar a la población.
Entre los mecanismos que usan, está la reunión de troncos para hacer pequeñas balsas, de tal manera que puedan entrar a callejones o espacios más estrechos para ayudar a personas.
“Nosotros contamos con personal y equipo; en total tenemos un efectivo de tres oficiales y 48 elementos de tropas; asimismo, tenemos maquinarias, vehículos y embarcaciones para auxiliar a la población”, explicó.
POR JOSÉ RÍOS