El uso de misiles HIMARS estadounidenses y Storm Shadow británicos por parte del ejército ucraniano a principios de la semana en contra de poblaciones rusas, tuvo una respuesta casi inmediata.
Y es que, por primera vez desde los más de mil días que ha durado la incursión rusa en Ucrania, el país eslavo lanzó una nueva arma que sorprendió y atemorizó a todo el mundo.
Se trata del misil hipersónico Oreshnik, “avellana” en ruso, el cual es capaz de burlar la mayoría de los sistemas de defensa antimisil desarrollada por los países occidentales.
De hecho, el Departamento de Defensa de Ucrania señaló que en el ataque lanzado por Rusia contra la ciudad de Dnipró no pudo detener el potente misil, aunque sí logró interceptar seis de los otros ocho misiles lanzados por los rusos.
¿Qué es el Oreshnik?
Desarrollado con base en los antiguos misiles balísticos de la era soviética, el Oreshnik es un misil balístico de rango medio, capaz de transportar ojivas nucleares y alcanzar altas velocidades.
Según el análisis realizado por el Departamento de Defensa de Estados Unidos, la “avellana” rusa podría ser capaz de alcanzar una distancia de entre 3 y 5 mil kilómetros, con una velocidad de 3.4 kilómetros por segundo.
Si Rusia lanzara un cohete de este tipo desde la base de Astracán, lugar de origen del misil que golpeó Dnipró, hacia París, a 3 mil 400 kilómetros de distancia, el explosivo tardaría aproximadamente unos 16 minutos en llegar.
Es precisamente la gran velocidad de esta arma, nunca antes vista en la guerra que se desarrolla en Ucrania, lo que la hace indetectable para los sistemas de defensa con los que cuentan los países de la OTAN.
En un principio, el Departamento de Defensa de Ucrania había señalado que se trataba de un misil intercontinental, el cual podría alcanzar las costas de Estados Unidos debido a su potencia.
Aunque la utilizada en Dniéper no se trató de un arma de este tipo, los analistas militares norteamericanos creen que Rusia sí tiene más de 300 misiles intercontinentales, los cuales pueden equiparse con cabezas atómicas de hasta 800 kilos, por lo que el riesgo de una escalada es real.
Estados Unidos entendió el mensaje
Los mandos rusos cantaron victoria al notar la reacción de las potencias occidentales después del impacto del Oreshnik en las instalaciones militares ucranianas.
“No tenemos ninguna duda de que la actual administración de Washington ha tenido la oportunidad de familiarizarse con este anuncio y lo entendió", señaló Dmitri Peskov, vocero del gobierno ruso, en una conferencia de prensa.
De acuerdo con los mandos militares rusos, el objetivo era destruir una planta de armamento ucraniana, la cual terminó hecha cenizas junto a una unidad de rehabilitación para heridos.
"Frustramos casi toda su campaña para 2025. Destruimos las mejores unidades ucranianas y logramos avances, que incluso se aceleraron en el terreno”, declaró el ministro ruso de Defensa, Andréi Beloúsov, durante una visita al frente de batalla.
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