Un personaje inesperado ofreció una mirada que él mismo catalogó como “sin filtros” sobre la crisis migratoria que se vive en el norte del país, en particular en la ciudad texana de Eagle Pass.
Se trata de Elon Musk, quien conversó con una serie de representantes populares de la región sobre las implicaciones del aumento en el flujo de los migrantes que intentan llegar a los Estados Unidos mediante este paso.
Pro inmigrante, pero con reservas
Originario de Sudáfrica, Musk recordó su estatus como inmigrante en los Estados Unidos y se declaró a favor de las personas que viajan a esta nación en busca de una mejor calidad de vida, aunque también advirtió que deben respetarse las leyes.
“Soy extremadamente pro inmigrante, y creo que necesitamos un sistema de inmigración legal expandido y deberíamos permitir que cualquier persona en el país que trabaje duro y honestamente contribuya (con impuestos) a los Estados Unidos.
“Pero luego, del mismo modo, no deberíamos permitir ingresar al país a personas si están rompiendo la ley. Eso no tiene sentido, la ley está allí por una razón”, expresó el magnate en su transmisión.
Tony González, congresista de la región, señaló que existe una disparidad patente entre las personas que arriesgan su vida al tratar de ingresar ilegalmente al país y, justo a unos cuantos metros, se alza un lujoso campo de golf.
A las puertas de un desastre humanitario
De acuerdo con González, el flujo de migrantes que cruzan de forma ilegal por la zona de Eagle Pass y El Paso ha aumentado considerablemente en los últimos días, cuando las personas que lo intentan se cuentan por cientos, lo que provoca diversos problemas.
“Otro de los problemas es que necesitas transporte, agua, comida, autobuses. Y nada de esto es gratis, alguien tiene que pagar por ello y algunas veces lo hace el alcalde, o el condado o las autoridades de la frontera”, señaló.
En el mismo sentido, Musk expresó su preocupación por la gran cantidad de migrantes que han llegado a territorio norteamericano.
“Debemos suavizar la inmigración legal y entonces detener este tipo de flujo de gente que es de tal magnitud que ya está provocando un colapso de servicios sociales incluso en la ciudad más grande de Estados Unidos, Nueva York, que está luchando contra la presión de quién sabe cuántos inmigrantes ilegales que están yendo a Nueva York.
“Si Nueva York no puede manejarlo, bueno, probablemente ninguna otra parte del país pueda”, concluyó.