Ya sea en películas o series, nos han vendido que existe una "carrera" en la fecundación, que es cuando el espermatozoide se junta con el óvulo para crear "vida" y dar paso al embarazo. Sin embargo, esto no podría estar más alejado de la realidad, pues "el primero en llegar" no es el que sale victorioso y mucho menos el óvulo de la mujer funge como un receptor pasivo que "se deja" dominar por los espermas. La frase terminó siendo una simple motivación pero no representa la ciencia detrás del proceso más complicado de nuestra existencia, el nacimiento de los mamíferos.
"Fuiste el primer esperma", la frase que confunde el proceso de la fecundación
La motivación de recalcarle al ser humano su existencia especial en el planeta es lo que más ha atrofiado la verdadera historia que yace en la fecundación. Seguramente la frase "por más mal que te vaya, al menos recuerda que fuiste el espermatozoide más rápido", te resuena en la cabeza cuando hablamos de esto, y se entiende que el mensaje es que "la rapidez" es el componente más importante a la hora de llevar a cabo "la selección natural". Aquí nos enfatizan que los espermatozoides "más lentos o torpes, quedaron rezagados" y que el primero en llegar fue el que fecundó el óvulo, y que fruto de esa fecundación, se formó el embrión que terminaría desarrollándose en una persona.
Finalmente nos recalcan que esa "persona" somos nosotros, los triunfadores y victoriosos. Esto incluso se ha vuelto un meme entre los jóvenes, un chiste burdo en el que el primer logro de nuestra existencia sería que "fuimos el esperma más rápido" o caso contrario, también sirve para insultar y menospreciar a terceros, como: "si tú fuiste el espermatozoide más rápido, ¿cómo sería el resto?". Pero nada podría estar más alejado de la realidad y de hecho, quien llega a ser el primer espermatozoide en llegar, suele ser el que primero perece.
El trabajo del óvulo y el esperma es transportar el ADN
Primero empecemos con lo más básico de la biología humana, el espermatozoide no es una persona, de hecho solo trae la mitad del genoma nuclear —nuestra carga genética— el cual define en su núcleo qué tipo de células conformarán al próximo ser humanos. Es decir que de una sola persona proceden dos importantes mitades, el gameto masculino, el espermatozoide, y la otra mitad, del gameto femenino, el óvulo. Por ello es que el "ser el más rápido" no es motivo de celebración, ya que únicamente son las células las que tuvieron "suerte" de salir antes, o una remota casualidad. Aquí no importa la velocidad como nos lo vendieron, importa la selección natural.
Pero como nos encanta sentirnos especiales y reafirmar que nuestra existencia es todo un logro, el ser humano asumió que los únicos factores relevantes en la fecundación tenía que ver únicamente con los espermatozoides. El ovario es el verdadero "rey" en este proceso, porque no es una meta que haya que cruzar, ni tampoco es "un sujeto pasivo" cuya única función es ser alcanzado por el esperma. Dicha visión es catalogada como androcéntrica —que hace referencia a la práctica, consciente o no, de otorgar al varón y a su punto de vista una posición central en el mundo—. Sin embargo, esto no responde a la realidad científica, pues el espermatozoide que fecunda al óvulo no es el más rápido.
El espermatozoide más rápido es el primero en morir
La célula más compleja detectada en la historia de la humanidad es el óvulo, ello porque contiene los elementos celulares necesarios para formar un embrión, excepto los cromosomas, que en vez de presentarse por pares —cuya referencia científica es: diploidía—, se encuentran solitarios —haploidía—. En sí, el aporte del espermatozoide completa el cromosoma y para que esto pase, es necesario "introducir" su núcleo en el óvulo. Debe pasar por una membrana celular y complementar al gameto femenino, sin embargo... por fuera de esta capa hay una protección gelatinosa y translúcida, formada por glicoproteínas, y a este lugar se le llama como: zona pelúcida. Su tiene función es como un "tope" para los espermatozoides y de no atravesarlo, no lograrán tener contacto con la membrana celular. Algo sumamente impresionante pues la fecundación no es un proceso sencillo y fácil.
Sin embargo, el primer espermatozoide que llega al óvulo, fallece por ser el primero en impactar esta barrera protectora. Esto se debe a que a pesar de su gran movilidad, solo le abrirá el paso a los demás esperma que lleguen, y que así puedan acercarse un poco más a la membrana celular... esto es un parteaguas en la ciencia de la biología humana, pues la realidad es que el trabajo en conjunto de todos y cada uno de los espermas son los que abren camino al verdadero "ganador". Que de lo que más carece... es de velocidad. Es por eso que la cantidad de esperma en el semen es abismal. Aunado a esto, debemos destacar que muchos de los espermatozoides quedan atrapados en esta capa, no alcanzan su destino y permanecen a "medio camino".
Millones se sacrifican para que el verdadero esperma atraviese la capa, y en cuanto el esperma "privilegiado" atraviese la membrana celular, descargará su núcleo en el óvulo y dará comienzo a la fecundación. En el momento en el que uno de los espermatozoides toma contacto, se produce una descarga de iones de calcio, que despolariza la membrana celular. La membrana se transforma en una barrera impenetrable que impide la fecundación del óvulo por varios espermatozoides, y es así que solo se enfoca en una carga de información.
Previo a esto, el óvulo funge un papel selectivo
Como ya olvidamos la idea de que el primer esperma es el que sale victorioso, hay una parte de este mito que es real. La selección natural de espermatozoides que nada tiene que ver con la velocidad, sino con la elección del óvulo. Este aguarda pacientemente a que uno consiga penetrar el óvulo, pero tiene preferencias genéticas para así establecer una serie de prioridades a cumplir. Es decir que le facilita el acceso a los espermas que genéticamente se adecuen a la función de su propia carga genética y evita a como dé lugar que los menos apropiados lo lleguen a fertilizar.
Cabe destacar que este descubrimiento es "relativamente" reciente, pues Joseph H. Nadeau del Instituto de Investigación del Noroeste del Pacífico en Seattle, estado de Washington; lo verbalizó por primera vez en el 2017. El proceso recibió el nombre de fertilización genéticamente segregada y abrió un campo de investigación nuevo en torno a las interacciones celulares y moleculares entre los espermatozoides y el óvulo. Hubo profundas indagatorias en la comprensión de la herencia genética —no tan aleatoria como se pensaba—, así como en la reproducción y la genética de poblaciones. Es así que concluimos cómo el embrión no es resultado de la fecundación del espermatozoide más rápido, sino de aquel que formaba parte del pelotón, y que era el favorito del óvulo. ¡Eso sí es un logro!