La magnitud del sismo que afectó a Turquía y Siria el pasado lunes 5 de febrero pudo haber desplazado la placa tectónica de Anatolia hasta tres metros al oeste, señalaron expertos del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia.
Basados en imágenes satelitales y datos de monitoreo, los expertos lograron determinar que los movimientos telúricos tuvieron origen en el punto de convergencia entre las placas de África, Arabia y Anatolia Central, siendo esta última la que resultó más afectada.
La mayor prueba de esta aseveración es la enorme grieta de 200 kilómetros de largo abierta en la zona de la llamada falla de Anatolia, la cual se puede apreciar a través de imágenes satelitales.
“Las nuevas imágenes proporcionadas por el satélite Maxar muestran la ruptura de cientos de metros desde la superficie con desplazamientos de más de 4 metros cerca de Nurdagi, en la provincia de Gaziantep, Turquía”, señaló el meteorólogo Nahel Bergheze en su cuenta de Twitter.
De acuerdo con fuentes oficiales, se han sentido más de 170 réplicas del sismo en los siguientes cinco días, algunas de ellas de una magnitud importante, lo cual ha afectado aún más las zonas ya golpeadas con anterioridad por el evento telúrico.
Hasta el momento, los gobiernos sirio y turco han notificado la muerte de 23 mil 871 personas, aunque se prevé que esta cifra crezca en los días siguientes. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, 23 millones de personas estarían expuestas a riesgos sanitarios, entre los que destaca el cólera, que reapareció recientemente en Siria; 5 millones de ellos estarían en una situación altamente vulnerable.
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