Ricardo Raúl Rojas era conocido en el narcotráfico como "El Coya", quien en 2017 su detención llamó la atención en Argentina cuando cayó con grandes cantidades de droga que incluía 80 kilos de marihuana. El capo comenzó a contratar sicarios para ayudarlo a eliminar a los narcos rivales tal como lo hacen los narcotraficantes mexicanos, resaltaron los medios locales.
Desde la cárcel, “El Coya” Rojas ordenó que mataran a sus dos empleados a los que culpó por haber perdido el cargamento de drogas que derivó en su detención, para ello se valió de su familia para que llevara a cabo el encargo como sicario, ya que tras su captura se le comprobó que era el dueño de 330 kilos de marihuana y 11 kilos más de cocaína.
¿Cómo era la “iglesia” donde “El Coya” escondía la droga?
El decomiso de las drogas ilícitas se realizó tras una redada que hizo la policía en un lugar que la banda criminal de Ricardo Rojas llamaba “la iglesia”, lugar donde el encargado de resguardar el recinto era conocido como “El Curita” en relación al sitio “religioso” donde los devotos al tráfico de drogas acudían.
Pero “la iglesia” era una casa que era propiedad de la hermana de “El Coya”. Pero antes de que el narco fuera un jefe criminal, desde que era muy joven se dedicó a delinquir como ladrón de bicicletas, según Perfil. Su carrera en el crimen lo llevó a ser un asaltante en motocicleta hasta que terminó por entrar al narco.
¿A qué integrante de su familia “El Coya” le pedía matar?
Quienes lo conocieron aseguraron que "El Coya" no tiene porte de alguien que sea de temer; sin embargo fue el autor material e intelectual de homicidios que daba por encargo especialmente a su mejor sicario, al que tenía mayor confianza ya que era parte de su familia, se trataba de su yerno Oscar Alberto Díaz, alias “Cabeza”.
“Cabeza” era un sicario que decía cobraba hasta millón y medio de pesos por asesinar y era conocido por ser el matón más temido en la ciudad de Salta, pero seguía las órdenes de su suegro que a pesar de estar encarcelado seguía como líder de la organización criminal.
Desde 2017, “El Coya” cumple condena de nueve años, pero solo tras ser procesado por guardar drogas ilícitas dentro del Complejo Penitenciario Federal 3 de General Güemes donde seguía ordenando a sus agremiados narco. Su esposa también fue capturada junto a él y recibió sentencia de 6 años en la cárcel.
“El Coya” sigue preso y espera a su juicio para que le dicten sentencia por otros delitos o lo dejen en libertad por el delito de tráfico de drogas, situación en la que el narcotraficante puede recibir una condena de por vida si es que le dictan cadena perpetua.
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