Daniel Hashimoto no está enojado porque sus hijos de 7 y 11 años de edad se turnen en poder usar un “lanzallamas” que les construyó, ni mucho menos porque puedan salir heridos al utilizar la llamativa arma que se “estrenó” durante la Guerra de Vietnam que duró casi 20 años.
Hashimoto reveló que construyó el lanzallamas a partir de un soplador de hojas doméstico para que sus hijos James de 11 y Sophia de 7 años pudieran “quemar” sin ningún inconveniente el patio trasero de su hogar, dijo para el rotativo New York Post.
“Es el mejor juguete que existe”: dicen los niños quienes en un clip compartido por el propio Hashimoto en sus redes sociales se observa como juegan con el lanzallamas, mientras James trata de apuntar a su hermana quien corre y ríe tratando de que el “fuego” no la toque.
“Para los niños, no era un arma mortal, sino más bien un obstáculo dinámico que provocaba risas”, dijo Hashimoto.
Daniel Hashimoto es un trabajador de animación en efectos especiales de 39 años de la provincia canadiense de la Isla del Príncipe Eduardo. “Invitaron a un amigo a jugar en el patio y decidimos dejar que jugaran supervisados con este soplador de hojas eléctrico”, declaró.
¿Cómo funciona el lanzallamas de Hashimoto?
El artista visual dice a todos: “Relájense ya”, ante el supuesto peligro que supondría jugar con las llamas; sin embargo, en esta ocasión, jugar con fuego no quema ni el más pequeño de los cabellos, ya que solo es un dispositivo con un funcionamiento especial.
“El dispositivo de bricolaje puede parecer diabólico, pero el estallido de llamas es en realidad un resplandor muy inofensivo de tela de seda del color de las llamas”, dice Hashimoto.
Tanto Daniel como su esposa Mandy Richardville, buscan que con esa clase de inventos y arreglos, puedan inspirar la creatividad de Sophia y James. "¡Hasta ahora, ha valido la pena!", asegura Hashimoto, quien agregó:
“Decidimos ver cómo funcionaría la tela liviana con el soplador, así que Sophia agarró una banda elástica grande y un poco de cinta, y la pegamos a la boquilla. El resultado fue aún más espectacular de lo que imaginamos: grandes ondas ondulantes se parecían notablemente a llamas, por lo que el dispositivo se denominó de inmediato 'el lanzallamas'”, indicó.
“Todos los niños se turnaron para perseguirse unos a otros en un juego de 'Flame Tag'. También jugamos un juego de saltar la cuerda sobre las llamas, y los niños representaron una obra de 'doblar fuego'”, dijo Hashimoto quien en su canal de YouTube tiene 1.23 millones de suscriptores.
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