Tras el homicidio del exprimer ministro japonés, Shinzo Abe, se ha continuado la investigación al presunto homicida identificado como Tetsuya Yamagami, quien hirió de muerte al político nipón durante un mitin que este realizaba por la mañana del viernes 8 de julio, en hora local de ese país.
Ante el hecho, la policía de Japón continuó la investigación del responsable y, al acudir a realizar un cateo a su casa, se encontraron con posibles materiales explosivos, así como otros artefactos de este tipo construidos por él mismo.
Asesino tenía explosivos en casa
Tal como lo declaró Yamagami a la Policía, dijo que había fabricado "múltiples pistolas y explosivos". Durante las tareas de registro de la vivienda del sospechoso, los agentes se deshicieron del aparente explosivo.
Se sabe que él mismo las fabricó y por ello las guardaba en su casa, todo esto debido a que en Japón hay una severa legislación para la obtención y uso de armas por parte de un ciudadano nipón.
Aunado a esto, se ha confirmado este día que Yamagami, hombre desempleado de 41 años, había servido en la rama naval de las Fuerzas de Autodefensa de Japón durante tres años, hasta 2005, por lo que tenía conocimiento en el uso de armas.
Por lo tanto, el mismo asesino fabricó en su casa el arma con que disparó al exprimer ministro, todo parece indicar, que la hizo con tubos que cortó y diseñó para ese efecto.
Para rematar esto, el homicida aclaró que tenía algo contra el político y estaba descontento con él, en afán de matarlo como su objetivo principal.
Japón restringe uso de armas
En Japón, la política de uso de armas es complicada, esto debido a que la ley implica que no cualquier persona puede acceder a comprar una arma legalmente.
Por lo tanto, es extraño que esta nación presente tiroteos, tal como sucede en otras grandes naciones de occidente. Ante esta estricta legislación, Japón indica que quienes deseen poseer un rifle o una pistola tienen que someterse a una serie de chequeos y entrenamientos.
Las personas que soliciten una licencia para portar arma, deben pasar controles mentales, de medicamentos e historia criminal.
Además, deben pasar un día entero en entrenamiento de uso de arma, pasar una prueba escrita y los necesarios exámenes de puntería.
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