Una tragedia sacudió a Milwaukee, Estados Unidos, cuando un niño de 10 años mató a su mamá de un disparo, solo porque la mujer se negó a comprarle unos lentes de realidad virtual, informaron los fiscales del caso. El menor fue acusado en un tribunal de adultos y ahora enfrenta acusaciones de homicidio imprudente en primer grado, tras descubrirse que el crimen no fue un accidente como se creyó al principio. Está recluido en el centro de detención juvenil del condado.
De acuerdo al Journal Sentinel, el niño dijo a sus familiares que accidentalmente había disparado a su mamá, pero ellos no creyeron esa versión, ya que anteriormente había mostrado actitudes agresivas, incluso quemó muebles del salón y maltrató a la mascota de la familia, jalándolo de la cola. Agregaron que el menor había recibido un diagnóstico de salud mental no especificado pero "preocupante", por parte de un terapeuta. Del mismo modo dijeron que la mañana del crimen el matricida entró a Amazon para encargar los lentes y que momentos después agredió a su primo de 7 años.
Ante dichos señalamientos, los detectives interrogaron nuevamente al menor, esa vez confesó el crimen y dijo las razones del mismo, según se lee en la denuncia penal, obtenida por el medio citado. Aceptó haber apuntado intencionalmente a su mamá antes de dispararle. Cabe señalar que tanto la identidad de la madre como la del niño son reservadas debido a la edad del menor implicado en el crimen.
Mientras los familiares de los implicados en el crimen se han negado a dar declaraciones a los medios de comunicación, una de las abogadas, identificada como Angela Cunningham, dijo que todavía estaba reuniendo información sobre el caso.
"Esta es una tragedia familiar absoluta", dijo Cunningham.
En ese mismo tenor, la abogada dijo que "el sistema para adultos está absolutamente mal equipado para abordar las necesidades de un niño de 10 años", por lo que están tratando de llevar el caso a un tribunal para menores.
Y es que aunque los casos de niños acusados de homicidio son raros, hay varios precedentes en Wisconsin, por lo que las leyes estatales establecen que los niños de hasta 10 años sean acusados como adultos por ciertos delitos graves, al menos para iniciar el caso. Esos delitos incluyen homicidio intencional en primer grado, homicidio imprudente en primer grado e intento de homicidio intencional en primer grado.
Los hechos
La mañana del 21 de noviembre el niño de 10 años sacó un arma del cuarto de su mamá y se dirigió al sótano donde la mujer se encontraba lavando ropa. El menor dijo que estaba girando el arma alrededor de su dedo cuando disparó. Esa versión se la contó a su hermana, de 26 años, quien llamó al 911.
La policía le permitió quedarse con su familia debido a su edad. El comunicado de prensa original de la policía de Milwaukee indicó que el tiroteo fatal fue causado por un niño que "jugaba" con un arma. También indicó que no se habían realizado arrestos y que los fiscales revisarían el caso.
Pero, un día después de los hechos la familia llamó a los policías para contar sus sospechas. A ello se sumó que cuando una tía fue a recoger al menor, le preguntó por las llaves de la casa, a lo que el niño respondió que se las quitó a su mamá. Estas contenían una que abría la caja de seguridad donde se guardaba el arma.
Otra cosa que la tía y la hermana del niño dijeron a la policía es que éste nunca lloró ni mostró arrepentimiento por la muerte de su madre. Después la policía habló con el menor, terminando con la confesión y detención.
DMGS
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