A pesar de que las campañas de inoculación contra el coronavirus avanzan en el mundo, el esfuerzo de algunas naciones podría ser en vano, pues un grupo de expertos alertó que los países que dependen de las vacunas chinas contra la Covid-19 pueden ser vulnerables a futuras oleadas de la enfermedad.
Los científicos pusieron de ejemplo el caso de Chile, el cual debería enviar la advertencia de que las vacunas hechas en China son demasiado débiles para detener la propagación del virus, incluso con un programa de inmunización exitoso, indicaron al diario británico Daily Mail.
El profesor Ian Jones, virólogo de la Universidad de Reading, en Inglaterra, dijo que las cifras de Chile sugieren que las vacunas chinas "no serán suficientes para detener la circulación del virus".
¿Qué ocurre en Chile?
Este país sudamericano ha vacunado completamente a una cuarta parte de su población, pero al mismo tiempo ha visto duplicar su tasa de infección desde mediados de febrero, pasando de 177 casos diarios por millón a 372.
Por ello, más del 80% del país ha sido obligado a aislarse una vez más.
La vacuna que Chile está usando principalmente es la CoronaVac de la farmacéutica Sinovac, que según un estudio de la Universidad de Chile tenía solo un 3% de efectividad después de la primera dosis, aumentando al 56,5% dos semanas después de la segunda.
Otro estudio en Brasil encontró que la eficacia podría ser tan baja como el 50.4%, que apenas alcanza el umbral de la Organización Mundial de la Salud para que una vacuna sea aceptable.
China admite baja efectividad de sus vacunas
Este fin de semana las críticas a las vacunas chinas llegaron desde adentro, en una rara admisión oficial.
Las fórmulas chinas “no tienen tasas de protección muy altas”, admitió el director del Centro Chino de Control de Enfermedades, Gao Fu, en una conferencia el sábado.
Por ello, el gobierno Chino está considerando combinar las diferentes vacunas que ha desarrollado, una medida que expertos avalan. En específico plantean esta opción para las de Sinovac y Sinopharm.
Además de esta solución, China también podría añadir una tercera dosis al programa de vacunación contra el coronavirus o modificar la tecnología usada.
Los científicos temen que las dosis chinas permitan que demasiadas personas no consigan la inmunidad, lo que dejaría a un porcentaje importante vulnerable de enfermarse gravemente de Covid-19. Aunque admitieron que una vacuna del 50% de eficacia es mejor que ninguna.
Según el Daily Mail, hasta el momento, al menos 53 países han ordenado dosis de las vacunas chinas, muchos de los cuales son países en desarrollo de América del Sur, África y el sudeste asiático.
El hecho de que sean baratas y fáciles de almacenar las ha hecho ideales para países que no tienen equipo especial para mantener otras vacunas a temperaturas extremadamente frías.
CRS