Coco Bradford, una niña inglesa con autismo de seis años y medio, murió debido a una sepsis que no se trató a tiempo, ya que los médicos dijeron que debido a su condición, la pequeña era "poco cooperativa"; sin embargo, sus papás acusan negligencia y falta de interés por el personal por atenderla pese a que estaba grave.
La pequeña llegó con sus padres al Hospital Treliske Royal Cornwall, en Inglaterra, defecando heces líquidas con sangre, vómito y sin poder retener líquidos, además de que lloraba por el dolor en el estómago; no obstante, los médicos de urgencias les dijeron que su problema no era grave, que regresara a casa porque lo que Coco tenía era sólo una gastroenteritis.
Rachel Bradford, mamá de la niña, dijo al Cornwall Live que los médicos perdieron varias oportunidades de atender a su hija, pues pese a estar enferma, jamás le tomaron muestras de las heces o de sangre, ni le dieron sueros para rehidratarla pese a la terrible diarrea que presentaba.
Tres días después de que no la atendieran debidamente en dicho centro médico, la niña fue llevada al Hospital Infantil de Bristol, también en Inglaterra, donde a pesar de todos los esfuerzos, Coco murió a causa de una sepsis, es decir, una complicación derivada de una respuesta del sistema inmune desbalanceada frente a una infección, ya que al reaccionar, el cuerpo daña sus propios órganos, causando incluso la muerte, sgún detalla la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Una lucha de cuatro años
Los papás de Coco detallaron a medios de comunicación que lo que realmente sufrió la pequeña fue una fuerte infección por Escherichia coli 0157, una bacteria proveniente de agua o alimentos contaminados, la cual se aloja en el intestino grueso y que causa fuertes diarreas con sangre, dolor abdominal y vómito que si no es tratado a tiempo, puede causar síndrome urémico hemolítico, poniendo en riesgo al vida del paciente.
Este 29 de noviembre los padres de Coco expusieron todo el camino que han recorrido desde el 31 de julio de 2017, cuando Coco murió en el hospital debido a una falla multiorgánica. Han sido cuatro años de exigir justicia para su hija y de demostrar que el personal del Hospital Treliske Royal Cornwall fue indiferente a pesar de que la niña estaba "muriendo frente a ellos".
Por su parte, los médicos que "atendieron" a la niña en urgencias negaron tener conocimiento de que tuviera vómito o que defecara con sangre, sin embargo, una revisión a las notas arrojó que estaban registrados los síntomas de Coco; ahí mismo fue cuando encontraron que no se podía atender a la menor porque era "poco cooperativa" debido a su autismo.
Al respecto, Rachel Bradford relató al forense que en urgencias "nos dijeron que estaría bien y cada vez que lo pedimos (que le tomaran muestras) nos dijeron que no se necesitaba...Culpar a Coco y su autismo por su propia incompetencia y por no tratarla es absolutamente imperdonable". Cornwall Live reportó que la investigación por la muerte de la pequeña sigue abierta.
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