Europa, la segunda región más afectada por el COVID-19 después de América, con más de 31 millones de contagios y 689 mil decesos, endureció sus medidas de movilidad y recomendó que no se hable en el Metro para frenar la pandemia, agravada con la proliferación de nuevas cepas como la británica y la sudafricana.
Las alarmas en el continente saltaron de nuevo ayer, después de que en la víspera el primer ministro británico, Boris Johnson, admitiera que hay "evidencias" de que la variante identificada en Inglaterra "está asociada a un mayor nivel de mortalidad", además de expandirse más rápidamente.
Aislamiento de ciudadanos
Los ciudadanos de la Unión Europea que viajen a Francia a partir de hoy deberán aislarse durante siete días a su llegada al país, después de haber presentado un test PCR negativo, y tendrán que hacer otro diagnóstico al final de la cuarentena.
Además, la Academia de Medicina francesa aconsejó a los usuarios del transporte común que, además de llevar mascarilla, se abstengan de llamar por teléfono o hablar para evitar contagios, y defendió la eficacia de las mascarillas de tela pese a que el Ejecutivo desaconsejó su uso.
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En tanto, el gobierno noruego decretó ayer un cierre de la actividad económica y la vida pública de una semana en el área de Oslo debido a un brote de la mutación británica del Sars-CoV2.
Las autoridades recomiendan evitar las visitas en casa, los viajes innecesarios e instan a trabajar desde casa.
Situación grave
"Es una situación muy grave y debemos hacer todo lo que podamos para parar el brote. Esperemos que todos se impliquen en esta enorme muestra de fuerza para derrotar a la mutación", dijo en rueda de prensa el ministro de Salud, Bent Høie
En España, el jefe del Estado Mayor español, el general Miguel Ángel Villarroya, presentó ayer su dimisión tras ser acusado de saltarse el protocolo para recibir la vacuna contra el coronavirus, anunció la cúpula militar a través de un comunicado.
Italia ha tenido que reducir su despliegue diario de vacunas de COVID-19 en más de dos tercios y tendrá que repensar todo su programa de vacunación si persisten los problemas de suministro, dijo ayer un alto funcionario de salud.
La aplicación de las vacunas se ha ralentizado a 20 mil por día desde picos de más de 90 mil hace unas dos semanas, después de retrasos en las entregas Pfizer Inc.
Por EFE y AFP
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